Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
Sin brújula, ni timón, ni un rumbo certero, la campaña del candidato en común a la gubernatura por el PAN, PRD y MC, Enrique Cárdenas Sánchez, es un caos perfecto, o un perfecto caos; uno que enciende focos rojos al llegar casi a la mitad de los 60 días de proselitismo, rumbo al 2 de junio. A su coordinador formal, Gabriel Hinojosa Rivero, no lo aguanta ni el abanderado, ni el verdadero patrocinador, el empresario Gerardo Navarro. Le han tenido que poner tutela, un “coordinador del coordinador”, para amortizar las pifias y las malas decisiones de las que el abanderado es también responsable directo. En esta tormenta, el naufragio parece que llegará sólo en cuestión de días.
El ex panista Hinojosa se ha convertido en un enorme dique.
La acusación directa intramuros es que no permite operar a los partidos aliados en torno a Cárdenas, Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), pero tampoco a los integrantes de la organización Sumamos, que también está detrás de esa candidatura que se dirige al desastre.
A pesar del evidente obstáculo en que se ha convertido, el candidato no tiene los arrestos para prescindir de él.
La tibieza es su sello.
Visto así, nos dicen, nunca tendrá la firmeza para gobernar, en el muy hipotético y lejano caso de que ganara el 2 de junio.
Con el pasar de los días, Gerardo Navarro ha llegado al colmo de la desesperación.
De plano ya no sabe qué hacer con su compadre Gabriel.
El primer paliativo de emergencia que encontraron fue ponerle coordinador al coordinador.
Sí, un coordinador de campaña en Sumamos.
Se trata de David Córdoba.
Y es que ya ni en Sumamos le obedece a Hinojosa.
El problema es que ahora, desde los partidos que formalmente postulan a Cárdenas, PAN, PRD y MC, ya no saben con quién entenderse.
Si con el coordinador Hinojosa o con el coordinador del coordinador, Córdoba.
Por su carácter tibio, Cárdenas ha dejado evidencias de que será incapaz de dar un manotazo para calmar a las huestes ciudadanas que llevan a la campaña al despeñadero.
Y las fobias personales, también juegan.
Gabriel Hinojosa dice que los partidos le dan asquito, así que mejor los omite.
De ese modo, se configura el caos perfecto, o el perfecto caos: los partidos sin articulación con la campaña y los ciudadanos de Sumamos sin brújula.
Las pifias se siguen multiplicando.
Los actos del candidato que se supone va —todavía— en segundo lugar, no alcanzan a reunir ni cien personas.
Este miércoles en San Andrés Azumiatla, junta auxiliar al sur de la capital poblana, hacía más bulto el equipo de logística, que los menos de cien perredistas que lo recibieron.
Eso descontando que el candidato aliancista aceptó la realización de este desangelado acto, pues en lo que va de la campaña ha cancelado más de 40 que los partidos que lo cobijan le ofrecieron organizar.
Ese tan pequeño arrastre de Enrique Cárdenas se refleja en las mediciones que no le dan más allá de 12% de las posibles preferencias.
O en casos extraordinarios y extraños, alrededor de 20 puntos.
En tanto, el candidato y ex rector de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) sigue en una artificial zona de confort.
Privilegia los actos ante auditorios universitarios, en los que se queda esperando y esperanzado en que el puntero Luis Miguel Barbosa acuda.
Sigue esperando el momento de enfrentarlo.
Sin embargo, éste no llegará sino hasta el 19 de mayo, en el debate oficial que organizará el Instituto Nacional Electoral (INE), pues es el puntero y el favorito y no necesita poner en riesgo su ventaja.
Cárdenas sigue soñando que cuando lo tenga enfrente lo hará pedazos.
Puede seguir esperando.
Total, ya nada más faltan casi 30 días.