La Mirada Crítica
Por: Román Sánchez Zamora 

Joaquín al ver a su mamá fue corriendo a abrazarle, no lo podía creer, su mamá no había muerto.

-¿Qué haces aquí?-

-Mi abuela ayer me contó la verdad… esa verdad que no puedes creer, y se te hace un nudo en la garganta… siempre pensé que efectivamente habías muerto… y no… estas aquí… ¿Cómo decir a un hijo que su mamá nunca murió?- La abrazo, y recordó esa última vez que la miró al salir de casa una tarde…

Las tardes de verano, soleadas, donde las calles están solitarias… caminando sin rumbo, sólo con la necesidad de inscribir a su hijo a la escuela, la necesidad y los salarios que no alcanzan, las decisiones que se toman sin hacer caso a los demás, lo que importaba era vivir el instante… y su vida de estudiante se fue en un instante cuando vio que por una tarde su vida se fue, sus papás se fueron… todo por entregar la prueba de amor…

-Joaquín, pero yo te amo-

-Si pero esto no puede ser, seguro me quieres atrapar, yo debo aun vivir, estudiar, ¿Además, qué haremos con un bebé, solo tenemos 16?- ella le tomo la mano, la beso y el sólo se retiró… y nunca más lo volvió a ver.

Años después, Amanda, entro al supermercado, verificó los precios, salió del súper, dio una vuelta a la cuadra, regreso y volvió a ver las libretas, las tomo y las puso entre sus ropas… su corazón comenzó a latir más fuerte, nunca lo había hacho, nunca en su vida tomo algo ajeno…

-¿Perdone señora podría acompañarnos?- le tomo por el brazo el guardia en la puerta, cuando ella pensaba que saldría de ese lugar, cuando pensaba que había sido muy fácil…

Le encerraron en un cuarto mientras llegaba la policía.

-Aquí en Villa de los Ángeles, quien delinque se le llama delincuente, y es castigado severamente- se escuchó en la radio la voz el primer ministro, sonriente, con esa mirada de venganza, que reflejaban ese dolor de sus niñez negada, pues había vivido muchos años en la miseria… miseria que hoy recordaba cada vez que se pasaba de copas.

El delegado de esa tienda estaba en la ciudad y se enteró de lo que Amanda estaba viviendo.

-¿Qué? Hay que dar un castigo ejemplar, nadie puede entrar en nuestros pasillos para robar e irse, eso será algo que a nivel nacional será un gran ejemplo para estos muertos de hambre- dijo el hombre que apenas pasaba del metro y medio y que vestía un traje de diseñador.

-He hablado con el primer ministro y le darán la pena máxima, en unos minutos llegaran los del ministerio de justicia y por la tarde su titular dará a conocer la cero tolerancia que tiene nuestra cadena y que coadyuva con las políticas de justicia del primer ministro- dijo el delegado general antes de subirse a su helicóptero para ir a la metrópoli central.

La noticia salió, mucha gente escucho indignada y agrupaciones dijeron que no comprarían más en ese supermercado, algunos más dijeron que pagarían para que la madre de Joaquín saliera en libertad.

Cuando el poder, se tiene, junto con los concejales o los representantes ciudadanos, se llega a niveles insospechados del capricho transformado en visiones totalitarias de poder.

Los procesos se tuercen, y se generan laberintos que permite la administración pública y de justicia para que esos caprichos personales acaben con los enemigos, los medios de comunicación entonces venden el prestigio de políticos, de personajes, los vapulean y los ridiculizan ante la clase política vociferando que es libertad de expresión y prensa.

¿Qué es el estado? El cual, tiene a grupos en el poder que se sirven y aprovechan estos espacios para hacer lo que llaman negocios pero que de no estar allí no podrían hacerlo.

Retuercen la ley y le buscan espacios de excepción para poder generar sus propias fortunas, algunos hasta dicen –es que hay que aprovechar– y es cuando la corrupción se hace presente, se hace un modo de vida para los convidados del poder.

Ellos entonces lo tienen todo y a los observadores del poder, nada les toca, sólo contemplar y en lugar de luchar, esperan un día tener esa oportunidad – ¿Ves a ese que está allí? yo lo conocí cuando estaba muy pobre y mira ya ni se acuerda de los pobres, pero un día nos va a tocar y nos vamos a hinchar como ellos– es cuando se denota que se genera la academia de la corrupción y todos los que tienen ese pensamiento lo ven como algo alcanzable y algo propio, solo esperan el momento para estar allí, por ello no la combaten.

Joaquín, un niño de 10 años, no supo más lo que le paso a su madre y se quedó a vivir con la abuela, siempre dijeron que ella había muerto, puesto que decían que ya había deshonrado a la familia en dos ocasiones.

-Hijo, Joaquín, ven por favor… te quiero comentar algo que quizá cambie tu vida… hace ya 15 años que llevo esto en mi silencio, en mi secreto, pero ya no puedo más… Amanda, tu mama está viva, está en la cárcel- le dijo la señora muy seria al joven de 25 años, el recién graduado de la universidad… el nieto, la vio, se sentó en la cama, se llevó las manos a la boca, respiro profundo… no lo podía creer…

-¿Entonces eso de que había muerto y había sido de las desaparecidas del norte?-.

-Todo fue mentira, cuando ella entro a la cárcel, nos dio mucha pena, el sistema se encargó de refundirla en esa mazmorra, vendí la casa y por eso nos fuimos de ese lugar y volví a comenzar contigo, aquí… lejos-.

-Pero… ¿Por qué?-.

-Tu mamá me dijo que lo hiciera, mi dolor fue tan grande al verle allí encerrada por unos pesos, pero por más que quisimos pagar y pagamos a varios abogados al tener audiencia con el juez siempre dejaban el caso-.

El nuevo abogado, fue de inmediato al día siguiente a ver a su mamá…

Debía verificar que ella estaba bien y viva… y si, allí estaba… con la sombra del dolor que da una cárcel por unas monedas y el peso del estado a sus espaldas que por una imagen política pasaba allí los mejores años de su vida.

Joaquín tomó el caso, el grupo en el poder había cambiado, al saber esto el primer ministro en turno, en audiencia con Joaquín, le dijo que le apoyaría pero que se culpara a todo el grupo del poder de entonces.

-Claro que si-.

Los diarios sacaron la historia, se condenó a ese grupo socialmente… políticamente… los tiempos eran otros pero las costumbres políticas no…