La Quinta Columna Exprés
Por: Mario Alberto Mejía
Una fuente confiable me jura que Mario Marín y Asociados pagaron seis millones de pesos por el “pitazo” que les dio —sobre las órdenes de aprehensión— un funcionario del Primer Tribunal Unitario del Vigésimo Séptimo Circuito, con sede en Cancún.
En tanto, trascendió que el despacho jurídico que tramitó los amparos de fondo para los imputados cobró cinco millones de dólares.
Kamel Nacif, juran sus allegados, ya viajó a Europa ante la ausencia de alerta migratoria.
¿Y Marín dónde está?
De vacaciones, diría su secretario.
PRIMERAS CONSECUENCIAS
El cese fue fulminante.
Ana Isabel Allende renunció ayer a la Delegación en Puebla de la Secretaría de Gobernación federal.
La esposa de Adolfo Karam Beltrán —imputado en el caso Marín-Cacho y perseguido por la justicia federal— recibió el mensaje de parte de Olga Sánchez Cordero, titular de la dependencia, en el contexto del escándalo surgido al mediodía del sábado anterior.
Ana Isabel no tenía nada que ver con Marín, por lo que su remoción no deja de ser injusta.
Javier Ramírez Carranza, Cutberto Cantorán y ella fueron los únicos delegados en funciones de los 53 que había en Puebla antes del 1 de diciembre pasado.
Lo de Ana Isabel es el coletazo de lo que algunos marinistas se niegan a ver.
Marinistas, por ejemplo, como Ramón Fernández Solana, secretario particular de Mario Marín Torres, quien en un arranque de ingenuidad declaró este lunes que su jefe estaba de vacaciones.
Ya sabemos cómo hablan los mafiosos.
Para decir “se fugó” dicen lo que dijo este personaje.
Cosa curiosa:
Al tiempo de salir con esa vacilada, el particular de Marín señaló que éste ya había sido exonerado por la Suprema Corte y no podía ser juzgado dos veces por el mismo delito.
¿En qué quedamos?
¿Es una víctima de la justicia o anda vacacionando?
Y hablando de los priistas.
¿Alguien ha visto a Valentín Meneses, coordinador de campaña de Alberto Jiménez Merino?
Cuentan que ante el escándalo suscitado ya dejó la posición para no lastimar —¿más?— al candidato del PRI a la gubernatura.
Y es que Valentín era el vocero de Marín en los tiempos en que la policía ministerial —a cargo de Karam— detuvo en Cancún a la periodista Lydia Cacho.
Además, El Vale es compadre de quien es hoy un prófugo de la justicia de la Cuarta Transformación.
Nota Bene
No está de más recordar que soy vecino de la familia Karam.
Sé que estas revelaciones no han caído nada bien en su entorno, por lo que los responsabilizo de cualquier cosa que me suceda a mí o a mi familia.
Es cuanto.
