Bitácora
Por: Pascal Beltrán del Río / @beltrandelrio

Si algo caracterizaba a Cuauhtémoc Blanco en su etapa de futbolista era su aversión a perder. No sólo era muy bueno en la cancha –y muy odioso para quienes no somos americanistas–, sino que también recurría a sus dotes de bravucón y marrullero para intimidar a los rivales y presionar al árbitro. Cualquier cosa con tal de que él y su equipo se pudiesen alzar con el triunfo.

Convertido hoy en gobernador de Morelos –habrase visto–, Blanco está hundido en el último lugar de la lista de mandatarios estatales por su aceptación entre los gobernados.

El dato lo acaba de dar a conocer Luis Octavio Arias, director de la casa encuestadora Arias Consultores, en su sondeo mensual sobre el desempeño de los gobernadores.

Blanco aparece en los últimos cinco lugares en todas las categorías de la muestra: mejora en materia de inversión de empresarios, apoyos a personas de escasos recursos, obra pública, servicios de salud, turismo, disminución de la corrupción, economía y empleo. Si esto fuera el torneo de Liga, estaría en camino al descenso.

Montado sobre la ola de su popularidad como futbolista y apuntalado por asesores que algo le saben a la política y los negocios, ganó la alcaldía de Cuernavaca en 2015, postulado por el Partido Socialdemócrata de Morelos, y luego fue fichado por el Partido Encuentro Social, bajo cuyas siglas llegó a la gubernatura en 2018, catapultado por la fuerza electoral de Andrés Manuel López Obrador.

La inseguridad es el principal problema que enfrenta. Es verdad que Morelos lleva casi una década sumido en la violencia, pero el actual gobierno estatal no parece tener un plan para contenerla y comenzar a revertir las cosas.

En los primeros seis meses del gobierno de Blanco —tomó posesión el 1 de octubre pasado—, Morelos acumuló cerca de 600 homicidios dolosos. Los principales indicadores de delitos de alto impacto están al doble del año anterior. Las autoridades estatales aceptan que cinco organizaciones delictivas se pelean el control de la “plaza”: el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Rojos, La Familia Michoacana, Los Templarios y un grupo conocido como Comando Tlahuica.

El sábado 13 de abril, cuando se iniciaba el periodo vacacional de Semana Santa, se desató una balacera en el restaurante bar Los Estanques, de Cuautla. Allí, un comando trató de asesinar a Raymundo Isidro Castro Salgado, mejor conocido como El Ray, quien es identificado por la Fiscalía General de Morelos y la Comisión Estatal de Seguridad Pública como líder de un grupo delictivo en la zona oriente de la entidad.

El Ray logró escapar, pero las balas alcanzaron a una pareja de médicos y sus tres hijos.

Ése es el Morelos de Cuauhtémoc Blanco, quien ha visto hundir su popularidad y crecer el rechazo de los morelenses desesperados por la violencia. ¿Le molestará esa derrota como le molestaban los goles que caían en la portería de su equipo o las fallas de los suyos frente al arco rival?

 

Buscapiés

Murió Everardo Espino de la O, quien dirigió la Comisión Nacional de la Industria Azucarera en el sexenio de José López Portillo y fue encarcelado en mayo de 1983, acusado de peculado. Fue uno de los presos emblemáticos de la Renovación Moral del presidente Miguel de la Madrid, pasó cuatro años en el Reclusorio Norte y terminó absuelto.

Casi cuatro décadas después, seguimos hablando de combatir la corrupción. El reto es que ese ejercicio no forme parte de revanchas políticas, como ha sucedido hasta ahora.