Bitácora
Por: Pascal Beltrán del Río / @beltrandelrio
“Hasta el día de hoy hemos confiado en nuestras instituciones como personas civilizadas y con apego a la ley. También debe comprender que todo tiene un límite y que, por lo arriba expuesto, no extrañe el surgimiento de grupos de autodefensa del comercio en general, ante la lentitud y/o inacción de las autoridades encargadas de la seguridad”.
Con esas palabras, Raymundo Pérez López, presidente de la Asociación del Carmen y Colombia y líder de comerciantes ambulantes del Centro Histórico, se dirigió a la procuradora de Justicia capitalina, Ernestina Godoy, en una carta fechada el 11 de abril y respaldada por 240 firmas.
Los peticionarios denunciaban las continuas extorsiones que sufrían los tianguistas por parte de personas vinculadas con el crimen organizado.
“Estos grupos delincuenciales siguen operando sin que las instancias encargadas hagan algo para contener la embestida. Estamos en condición de altísima vulnerabilidad, por lo que solicitamos su valiosa intervención…”
Enterada de la carta, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que se pondría en contacto con los afectados y aseguró que se aplicaría un programa de seguridad para inhibir la extorsión en la zona. Sin embargo, tres semanas después, Pérez López estaba muerto. El sábado pasado, dos sicarios lo esperaron a la salida de su casa, en la colonia Panamericana, alcaldía Gustavo A. Madero, para asesinarlo a quemarropa cuando subía a su auto.
La extorsión se ha apoderado de las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Hace dos meses, el líder de los comerciantes establecidos, Guillermo Alejandro Gazal, denunciaba que varios locatarios abandonaron sus negocios por el asedio de nueve bandas, entre ellas las que aplican la extorsión conocida como “gota a gota”.
Pero no sólo es la zona centro. La Ciudad de México ha visto crecer los indicadores de delitos de alto impacto. En el primer bimestre del año se registraron 257 homicidios dolosos, un promedio de 4.35 al día y 35% más que en el mismo periodo del año anterior y 75% más que en 2016. Para finales de marzo, la cifra de ejecuciones en la capital había subido a 447.
Me contaron sobre un habitante de la colonia San Felipe de Jesús que comenzó un modesto negocio de venta de pollo. Expendía al público desde una ventana de su casa. Un día se armó una gritería en la cuadra y cuando los vecinos salieron a ver qué pasaba, encontraron al vendedor de pollo, un hombre de la tercera edad, severamente golpeado. Fue el mensaje de los delincuentes para que pagara el derecho de piso.
El gobierno capitalino tendría que revisar sus estrategias para hacer frente al crimen. Nada de lo que ha hecho ha dado resultado. Ni siquiera tuvo la capacidad de proteger a quien, 23 días antes, había denunciado actos de extorsión.
La jefa de Gobierno parece más preocupada por criticar el desempeño de su antecesor que por mejorar las condiciones de seguridad de sus gobernados. Es un mal del que adolecen varias autoridades de la llamada Cuarta Transformación.
Buscapiés
Hace dos meses, el gobierno federal buscó que España se disculpara por los efectos de la Conquista. La respuesta la acaba de dar –involuntariamente– el Atlético San Luis, primer equipo de capital mayoritariamente extranjero (filial del Atlético de Madrid), que llega al máximo circuito del futbol mexicano.