Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
Aunque no se puede prever con exactitud la afectación real ni sus verdaderos alcances, sin duda la caída súbita y severa en el nivel de aprobación del Presidente, de hasta 17 puntos entre los poblanos, se presenta como el mayor riesgo para el candidato por Morena-PT-PVEM, Luis Miguel Barbosa. Una de sus mayores fortalezas, la vinculación ideológica y partidista con Andrés Manuel López Obrador, puede ser también, en sentido contrario por quienes están inconformes con el arranque del sexenio, un obstáculo, aunque menor. A 23 días de que se dé la votación, y con la holgada ventaja del puntero, parece que ni siquiera ese efecto anti-AMLO podría menguar al ex senador. Sin embargo, no se puede pasar por alto esta nueva realidad para el lopezobradorismo, en el estado y en el país.
De acuerdo con dos mediciones recientes, AMLO y su gobierno tuvieron un pésimo arranque de año y especialmente de mes, respecto de su aval ante los ojos de los poblanos y de los mexicanos en general.
Ese desplome coincide con los datos que se dieron a conocer en estos días y que ubican a su administración como la peor de los últimos 25 años en economía y seguridad, por citar solamente dos rubros.
En materia económica, con un magro crecimiento de apenas 0.8% del Producto Interno Bruto (PIB), entre diciembre de 2018 y febrero de 2019, de acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Y en violencia, con casi 12 mil asesinados en sus primeros meses de gobierno, es la cifra que reportó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, del 1 de diciembre de 2018 al 31 de marzo de 2019.
En otras entregas hemos abundado sobre este pésimo arranque lopezobradorista, el peor en un cuarto de siglo.
Eso se siente en la vida cotidiana de los ciudadanos, en cada rincón del país y, por supuesto, Puebla no es la excepción.
A esos yerros hay que sumar la absoluta inoperancia del gobierno federal en nuestro estado.
El “súper delegado” Rodrigo Abdala Dartigues resultó, hay que decirlo sin eufemismo, un perfecto inútil.
El sobrino político del ex gobernador y hoy director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, literalmente no existe y los programas, las acciones y las obras que debería estar ejecutando la administración lopezobradorista en nuestra entidad están bajo cero, congeladas.
Mientras el ex diputado federal, quien ha dejado claro que no tiene ninguna experiencia y por lo visto tampoco un mínimo talento, siga ahí, no se sentirá algún cambio.
Parece que la Cuarta Transformación (4T) no ha llegado a Puebla.
De ahí que la caída de López Obrador se explique sola.
De acuerdo con una encuesta del diario El Universal, en cinco meses, entre enero y mayo de este año, el primer mandatario vino dramáticamente en picada al perder 17 puntos de aprobación en Puebla.
En enero, los poblanos le otorgaban 87% de aval a su desempeño, la más alta que se recuerde, pero en mayo apenas logró 70%.
También, de acuerdo con Consulta Mitofsky, en una tracking poll que bautizó #aprobAMLOmetro y que se publicó este miércoles, la caída de la popularidad de López Obrador bajó 4.5 puntos, en apenas 10 días, del 29 de abril al 8 de mayo.
Ahí está el reflejo de las pésimas cuentas que se están entregando a México desde Palacio Nacional.
Seguramente en la casa de campaña de Luis Miguel Barbosa se ha medido ya el efecto anti-AMLO y seguramente habrá desencanto, pero no mucha preocupación.
Por su gran ventaja sobre sus competidores, la baja en la aprobación del Presidente no pone en riesgo su triunfo, pero sí, en cambio, la abundante votación y diferencia con que pretendía arrasar el 2 de junio.
Barbosa no está exento en esta elección extraordinaria, para bien y también para mal, de la suerte que tenga AMLO.
Van juntos en las buenas, pero también en las otras.