Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
A 52 días de que se emitió la declaratoria de constitucionalidad de las reformas a la Carta Magna que crearon la Guardia Nacional, no existe aún el marco en leyes secundarias para su operación y hay voces que acusan de ilegal su activación que, por la grave emergencia de violencia, debió hacer el presidente Andrés Manuel López Obrador. Apenas el sábado, un marino muerto y tres lesionados fue el saldo de una emboscada de huachicoleros cerca de Xicotepec de Juárez, en Puebla. Como si no se tratara de un asunto apremiante, las dos cámaras del Congreso fueron dejando el tema y será atendido hasta un periodo extraordinario. Pero no es la única falla en la agenda parlamentaria presidencial y en sus bancadas mayoritarias, también está entre los pendientes la Reforma Educativa. Las urgencias no hacen recesos, como los legisladores.
La Guardia Nacional, sin que exista ese ajuste y creación de su andamiaje jurídico secundario, entró en operaciones luego de la masacre de 13 personas en Minatitlán, el 19 de abril.
Fue precisamente en ese municipio veracruzano y en zonas de Ciudad de México, que se estrenó el 27 de abril.
Ya hubo resultados, con el apresamiento de tres personas, presuntamente vinculadas a esos hechos, aunque su captura se la atribuyeron las autoridades estatales de Veracruz.
Se anunció que más adelante la Guardia Nacional tendrá presencia permanente en entidades como Oaxaca, pero se necesita también en otras.
Para comenzar, en el triángulo rojo de Puebla y otros tantos municipios de nuestro estado, como los de la Sierra Norte.
Es un sinsentido que con las reformas a los artículos 10, 16, 21, 31, 35, 36, 73, 76, 78 y 89 de la Constitución, no se haya presentado también lo conducente con normas secundarias.
Es una práctica legislativa común que se presente todo en paquete.
Sin embargo, será hasta un periodo extraordinario, convocado a partir del próximo 14 de mayo, cuando el Senado de la República aborde el tema de las leyes secundaria de la Guardia, junto con la Ley de Extinción de Dominio, reformas constitucionales en materia educativa y en materia de trabajo del hogar.
No hubo la eficiencia suficiente para desahogarlo en el Segundo Periodo Ordinario de Sesiones del Primer Año de Ejercicio de la LXIV Legislatura, que fue del 1 de febrero al 30 de abril pasados.
Es un yerro mayúsculo, uno más de la Cuarta Transformación (4T), tanto de los legisladores lopezobradoristas, como del staff jurídico del Presidente a cargo de Julio Scherer.
Sobre todo, porque la iniciativa la presentaron los diputados de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en San Lázaro, como Cámara de origen, pero en realidad llegó desde el Ejecutivo.
Incluso estaba lista desde la etapa de transición y se planteó como prioridad en la agenda legislativa de AMLO.
Falló la mayoría lopezobradorista en presentar completa, en paquete, la reforma constitucional y los detalles en las normas colaterales que la complementan y le dan pulcritud jurídica.
Pero no fue la única falla grave en el Congreso de la Unión, de la aplanadora del tabasqueño.
Hay que sumar la Reforma Educativa, que por ausencia de tres de los senadores de Morena, en la votación en lo particular, se atoró en el Senado de la República, el pasado 30 de abril, en la última sesión del periodo.
Perdió Morena ante los grupos parlamentarios opositores, por un solo sufragio, y la todopoderosa maquinaria legislativa de AMLO se descarriló.
Ahora, deberá regresar a la Cámara de Diputados y puede sufrir cambios en el periodo extra en que será abordada en San Lázaro el 8 de mayo.
Eso la llevaría a seguir rebotando de una cámara a otra, por un tiempo indefinido.
Si el arranque del sexenio ha sido el peor de los últimos 25 años en economía y en seguridad, tampoco hay buenas cuentas en la agenda de reformas presidencial.
La tropezada 4T está dejando mucho a deber.
Y llevamos apenas cinco meses.