Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
Contenta como pocas veces, vitoreada como casi nunca, la presidenta del CEN de Morena, Yeidckol Polevnsky, disfrutó intensamente la gira por Puebla capital el sábado, con el candidato de Juntos Haremos Historia a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa. Ella, quien tiene raíces poblanas, fue apapachada por el abanderado, quien la elogió y la llamó “mi líder”. El fantasma de la defenestración que la rondaba antes de que quedara zanjado el conflicto interno entre morenistas poblanos, pareciera que se ha esfumado. También da la impresión de que es ella la gran ganadora en su pleito agrio y largo con el coordinador de los senadores de su partido, Ricardo Monreal. La ex senadora tiene el viento a favor rumbo a la renovación de la plana mayor del partido lopezobradorista y en esa brisa perfumada se percibe el caso Puebla.
Desde días previos a la interna de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para definir abanderado al gobierno estatal y el complicado pleito entre Barbosa y el senador Alejandro Armenta Mier, el rumor con tufo de certeza era uno:
“Nadie quiere a Polevnsky, ni Andrés Manuel. Nadie le hace caso en el CEN y se irá a una embajada”.
Esa era la versión de quienes trabajan y hacen política en el edificio sede del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), en la colonia Viaducto Piedad, en Ciudad de México.
Pero las cosas ocurrieron como estaban cantadas: Barbosa derrotó en la interna a Armenta y luego debió soportar días de ataques, pero también atacó.
Nadie puede asegurar que la guerra Luis Miguel-Alejandro no estuvo azuzada por Yeidckol, que apoyaba al primero, y el coordinador en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, que respaldaba al segundo.
Odios ajenos que convirtieron por momentos en instrumentos a los poblanos.
Con la intermediación de Monreal, y la propia iniciativa de Barbosa, llegó a la paz. O la tregua.
A pesar de que el zacatecano fue el aval de la reconciliación, el triunfo en la disputa tiene más inclinación a recaer en la ex senadora.
En estos días las cosas pintan muy distintas paraYeidckol.
La salida forzada de la dirigencia morenista no se ve en su horizonte.
Al contrario.
Llegará a noviembre a la renovación del CEN, como ganadora, con un candidato en Puebla y otro en Baja California, Jaime Bonilla, que se anuncian como vencedores y arrasando a la débil oposición y a los débiles candidatos que buscan hacerles sombra.
No obstante, nuestro estado es su prioridad, por afinidad y cariño al candidato, pero también por lo que implicó en la disputa con Monreal.
En Puebla, precisamente el sábado, en concentraciones multitudinarias en el Salón Country de San Manuel, con trabajadores sindicalizados del sector Salud; después en el infonavit Amalucan y luego en las juntas auxiliares de San Andrés Azumiatla e Ignacio Zaragoza, ella fue una estrella.
En sus discursos arengó con alegría, hizo bromas y hasta raspó con ironía a los adversarios, a esos que son “chiquitos… que no la hacen”.
Aseguró que Barbosa les dará una paliza a esos “muñequitos de papel”, en referencia al segundo lugar, Enrique Cárdenas Sánchez, de PAN-PRD-MC, y al insalvable sotanero, el priista Alberto Jiménez Merino.
Su candidato, dijo, será “el mejor de los gobernadores que ha tenido Puebla”.
Recogió también halagos de peso, mucho peso, por parte del abanderado de Morena y los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM).
“Yeidckol es mi líder. Yeidckol es una persona con una gran experiencia, con ética, financiera, técnica. Tiene orígenes poblanos. Siente la problemática. Vamos a tener una gran vinculación. Vamos a estar con una gran relación política nacional”, le dijo Barbosa mientras la gente coreaba el nombre de la mujer que comenzó su trayectoria en la iniciativa privada, como dirigente de cámaras empresariales.
Fue un día de luces y muchas sonrisas para Polevnsky, quien en Puebla se siente muy bien querida.
Todo apunta a que, con el nuevo entusiasmo, entregará buenas cuentas al Presidente de la República y operará en noviembre la designación-elección de Bertha Luján Uranga como su sucesora.
A Luján, quien fue titular de la Contraloría, cuando el tabasqueño gobernó la hoy Ciudad de México, es a quien Andrés Manuel López Obrador quiere al frente de su partido para los próximos tres años o más, si se repite el caso de extensión que ocurrió con Yeidckol.
Esa será otra batalla que ella le ganaría a Monreal, quien impulsa a su suplente, Alejandro Rojas Díaz Durán, aun en contra de una decisión tomada en Palacio Nacional.
El caso poblano y el propio Barbosa le dieron oxígeno a la presidenta de Morena.
Está renovada.
Eludió el exilio diplomático.
Y se prepara para festejar con dos
gubernaturas.