Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Hace unos días el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se pronunció a favor de que desaparezcan los órganos electorales a nivel local, conocidos como Oples, y que sea el INE el que organice las elecciones en todo el país y los estados.
La política de austeridad republicana que tiene paralizado al país ahora quiere llegar al tema electoral, el cual tiene su lado bueno, pero también el malo.
De entrada, hay que señalar que la reforma electoral realizada en el año 2015, mediante la cual supuestamente los gobernadores iban a sacar las manos de los organismos electorales locales fue un rotundo fracaso, a pesar de que los procesos de selección de los consejeros ya no pasaron por los Congresos locales.
Los gobernadores hallaron el modo de preparar sus cuadros, mandarlos al INE a presentar los exámenes y quedarse con las plazas disponibles haciendo a un lado a los aspirantes “ciudadanos” que buscaban de manera legítima ingresar en estos organismos colegiados.
Lo mismo ocurrió con los Tribunales locales en materia electoral, los cuales siguieron bajo el control de los titulares del Ejecutivo en cada entidad, es decir, el espíritu de la reforma fue un total y absoluto fracaso.
Ello le da los argumentos necesarios al Presidente para proponer que se haga una reforma electoral en la que desaparezcan los organismos electorales locales y sea el Instituto Nacional el que organice las elecciones en todo el país.
Desde hace tiempo advertí, en este mismo espacio, que esa era la intención de Andrés Manuel López Obrador y que el primer paso de su experimento era Puebla, donde debido a la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso se tuvo que convocar a una elección extraordinaria, la cual es organizada por el INE.
El Ople local fue hecho a un lado, bajo el pretexto de que su actuación estuvo en tela de juicio y se dejó el espacio abierto para la entrada del INE.
Si el proceso electoral del 2 de junio sale perfecto, como todo indica que así será, sin violencia, la experiencia poblana podrá ahora ser tomada como ejemplo para evidenciar que los Oples no son necesarios y que todo lo puede ejecutar el INE, lo cual es parcialmente cierto.
Es real que las vocalías del INE pudieran servir como “delegaciones” a través de las cuales se organicen los procesos electorales a nivel federal y estatal, los cuales ya fueron empalmados para que sean concurrentes, pero la gran pregunta es: ¿El INE también organizará los comicios en las juntas auxiliares?
Además, ¿quién va a garantizar que las vocalías del INE van a actuar con imparcialidad y que no van a estar cargadas a favor del Ejecutivo federal y de su partido, Morena?
Sería, en cierto sentido, como volver a los tiempos en que desde la Secretaría de Gobernación se organizaban los procesos electorales y el titular de esta área era a su vez el secretario técnico del órgano electoral.
Va a ser muy interesante ver y analizar la iniciativa que llegue a enviar el Ejecutivo en torno a este tema, el cual tiene muchas aristas porque el centralismo electoral beneficia a quien detenta el poder.
La ciudadanización de los organismos electorales debe ser una realidad, aunque sé de antemano que ello puede sonar utópico.
Sería fatal para la democracia mexicana que también se retrocediera en ese sentido, es necesario que los expertos en la materia defiendan las instituciones que tanto tiempo costó construir.
SUMAMOS BUSCA SER PARTIDO POLÍTICO
Como lo adelantamos en este mismo espacio, el inútil Gabriel Hinojosa Rivero, coordinador de campaña del candidato Enrique Cárdenas Sánchez, busca con otras 10 organizaciones el registro de Sumamos como partido estatal ante el instituto electoral local.
Ello confirma lo que dije hace unos meses en torno a que Hinojosa sólo utiliza las siglas del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano para fortalecer a su organización y comenzar a trabajar en la estructura que les permita obtener el registro. ¿No que son muy ciudadanos?
A Hinojosa jamás le interesó ganar, sólo le importaba el fortalecer a su organización y buscar atraer a simpatizantes de estos mismos institutos políticos a su causa.