En Tlapanalá, Miguel Barbosa ve con beneplácito cómo su plan de unir al estado va dando frutos y también continúa sumando adeptos de otros partidos políticos.

Por: Osvaldo Valencia

En la Mixteca poblana el movimiento de reconciliación de Luis Miguel Barbosa Huerta encontró su expresión más clara en lo que ha transcurrido de la campaña a la gubernatura.

Desde Tlapanalá, donde el año pasado la avanzada lopezobradorista encontró resistencia a la Cuarta Transformación, se alcanzó, de manera fortuita, la convergencia de los partidos Morena, del Trabajo, Verde Ecologista de México, Nueva Alianza, Revolucionario Institucional y Movimiento Ciudadano.

Uno de los que encabezan el intento de reconciliación es Gerardo Islas Maldonado, antiguo alfil morenovallista y líder del Panal Puebla, a quién en el rostro se le nota el nerviosismo por no saber si será rechazado por aparecer junto al candidato que alguna vez combatió.

Quizá traiga en mente el ensordecedor abucheo al que sus ex compañeros de bancada, Hugo Alejo Domínguez y María del Carmen Saavedra, fueron expuestos en una visita por Teziutlán.

Inquieto, Gerardo Islas camina de un lado a otro de la plaza pública del municipio como si estuviera enjaulado. Se toma las manos, se acerca a un colaborador para darle indicaciones, se cubre la boca con la mano, evitando que escapen sus palabras, se quita el chaleco naranja que porta, hace de todo, menos guardar calma.

El nerviosismo sigue presente aún cuando Miguel Barbosa arriba al presídium, el aliancista no encuentra más acomodo que pararse junto a Lorenzo Pliego, alcalde emanado de Movimiento Ciudadano que está en las mismas condiciones que Gerardo Islas.

El diputado local pide una botella de agua, le da dos tragos y se dispone a enfrentarse al rechazo a la reconciliación, por lo que sólo atina a recordarle a la gente con quién trata de reconciliarse.

—Aquí está el presídium de la reconciliación, el presídium de muchas mujeres y hombres de distintos partidos políticos que nos hemos unido en torno a un hombre, un hombre que gobernará Puebla para todos los poblanos con un proyecto de unión. Juntos haremos historia con el gobernador, la Mixteca requiere experiencia, capacidad de decisión, lo hizo usted como diputado, lo hizo usted como senador, lo hizo como presidente del Senado y hoy Tlapanalá estará con usted en este camino—, expresa un Gerardo Islas más suelto con el pasar de los segundos.

Las palabras de Gerardo Islas consiguen aplausos y ovaciones de propios y extraños al igual que gestos leves de agradecimiento de Miguel Barbosa que estrecha su mano y le da una palmada.

Con esa pequeña victoria, Gerardo Islas regresa al templete, se acerca más a su compañero Gabriel Biestro y al propio candidato a gobernador. La tensión en su rostro se desvanece e incluso bromea con el presidente de la Junta de Gobierno del Congreso local.

Desde una remota esquina, en una tienda humilde, observa la escena el priista Javier López Zavala, pensativo, imaginando si la escena hubiera sido la misma con él en lugar de Gerardo Islas.

Minutos antes del arribo el abanderado por Juntos Haremos Historia, Javier López Zavala se acercó a los organizadores, dialogó unos minutos con ellos, pero al final prefirió no permanecer cerca de la tarima, conocedor de la ola de abucheos que generan las siglas PRI.

Todo eso lo ve Miguel Barbosa desde su asiento, quien con un gesto tranquilo observa cómo su avanzada por reconciliar Puebla va ganando terreno.