La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía

Mari Carmen Cabrera vivió en Paris dos años, habla un francés educado a la sombra de Voltaire, es abogada estudiosa y fue litigante hasta hace poco.

Ella será quien encabece la unción de Miguel Barbosa Huerta como gobernador del estado de Puebla el 1 de agosto en su calidad de presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado.

A esa posición llegó, faltaba menos, por unanimidad.

La diputada Cabrera es gente seria.

Su buena fama pública nació en Zacatlán, su patria chica.

Como todos en este país, primero pasó por el PRI.

Luego transitó una carretera llena de baches hasta que terminó en Morena.

Su paso por la legislatura más reciente le sirvió para crear nuevas escaleras.

No en balde es ahora presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de los diputados.

Se dice fácil.

No lo es.

Los astros tuvieron que moverse para que eso ocurriera.

Esos astros, ya lo sabemos, algo saben de política.

Y algo saben también quienes la eligieron por unanimidad como la encargada de la unción de Miguel Barbosa Huerta.

¿Cómo se dice en francés?

Ah sí: touché.

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La Leyenda Urbana

El operador más eficiente y leal de Rafael Moreno Valle no tiene dudas y cada vez que puede refrenda su posición de retirarse de la política para siempre.

Así lo hizo —y se notó— en el pasado proceso electoral.

Sólo quiere, así lo dice, lo mejor para Puebla: su patria chica.

Es una leyenda urbana a la que le quisieron inventar historias hasta hace poco.

Dio su palabra, y la cumplió.

No hay marcha atrás.

Su decisión no tiene vuelta.