La industria química del sector privado reveló que las llamadas “bolsas ecológicas”, alternativa que está tomando el consumidor para sustituir a las fabricadas con plástico, están hechas de polipropileno tejido, mismo material que se usa para la producción de popotes.

El director de Medio Ambiente, Seguridad e Higiene de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ), Rubén Muñoz García, advirtió la necesidad de establecer métricas adecuadas sobre el impacto al medio ambiente en el uso de los diferentes materiales en el mercado, para tomar las decisiones adecuadas y a favor de la biodiversidad.

“Para poder definir correctamente el impacto a lo largo de un producto en el ciclo de vida, se tiene que hacer a través de un minucioso análisis que ayuda a revisar toda la cadena y compararlos; y así determinar cuál es el menor impacto al ambiente”, señaló.

En entrevista con la agencia Notimex, reveló que si bien el llamado a rescatar el medio ambiente y la biodiversidad a través de la modificación en los hábitos de consumo es plausible; debe llevarse a cabo a través de una política ecológica adecuada, toda vez que los materiales sustitutos pueden resultar de mayor impacto.

“La toma de decisiones al respecto no está debidamente articulada” y en este sentido se deben evaluar los recursos propuestos para dejar de utilizar los que ya existen, dijo.

A raíz del anuncio de que a partir de enero del año 2020 se deben dejar de utilizar bolsas de plástico, ya hay consumidores y comercios que dejaron de usarlas, lo que provocó una caída en producción y ventas de un 40 por ciento; sin embargo, el impacto al medio ambiente no se prevé que se modifique.

“Ahorita incluso ya se han perdido empleos y ventas, pero eso no significa que las calles estén más limpias. Nosotros queremos que haya una métrica para saber si la toma de decisiones es la más adecuada. Si el empleo que se está perdiendo trae como consecuencia que la biodiversidad mejora entonces es bueno, pero al día de hoy no hay una manera de medirlo. Nosotros estamos pidiendo que se establezca una métrica”, añadió.

Apuntó que hay una afectación porque ya no se están consumiendo ciertos productos que necesariamente tendrán que ser sustituidos.

Estos nuevos productos, aseveró Muñoz García, pueden resultar de impacto negativo al medio ambiente, por lo que las decisiones habrán de tomarse con base en estudios que hagan efectivas las medidas.

Con la prohibición de las bolsas de plástico y la utilización de bolsas de otro tipo de material, se deben evaluar la forma en que se deben manejar esos residuos. “La única manera de evaluarlo es a través de un análisis del ciclo de vida que ayuda a conocer el impacto de los materiales, desde la extracción de materias primas hasta su disposición final”, consideró.

En el caso de las bolsas de polipropileno o las conocidas de tela, se debe de analizar incluso el consumo de agua para su reutilización. Por eso, la iniciativa privada trabaja en el Senado de la República con la Comisión del Medio Ambiente para reglamentar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, en donde se establece una política integral adecuada para el uso de los residuos.