Por: Agencia Notimex
Foto: Especial
Científicos estudian la posibilidad de que exista alguna relación entre el cambio climático y la capacidad de carga de las ballenas grises, luego de que más de 60 individuos han sido hallados muertos –al parecer por inanición- en la costas del estado de Alaska en lo que va del año.
Los especialistas están preocupados porque continúan encontrando ballenas varadas en las playas, que según las revisiones físicas murieron por falta de alimento, lo cual sugiere que la población de esos cetáceos habría alcanzado su capacidad de carga.
En los últimos días, una ballena fue encontrada muerta en las costas del centro sur de Alaska, antes activistas hallaron otro ejemplar en la playa de la isla Kodiak, uno más cerca de la localidad de Córdoba y un cuarto individuo en Turnagain Arm, donde previamente fue descubierto el cadáver de otro cetáceo.
Los biólogos llevaron a cabo necropsias y sólo faltan los resultados de los exámenes realizados a dos de las ballenas, pero casi es seguro que confirmarán la muerte por inanición, afirmó Julie Speegle, portavoz de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Las ballenas grises realizan una migración a México de 10 mil millas de ida y vuelta cada año y recientemente, a su regreso, han sido vistas viajando al norte de la costa de Alaska, pero en un número inusualmente alto.
John Calambokidis, biólogo de la organización sin fines de lucro Cascadia Research en Olympia, afirmó que tal vez la población de ballenas grises ha alcanzado su capacidad de carga, lo que significa la cantidad de individuos que el océano puede soportar con el suministro de alimentos disponible.
Explicó que estos cetáceos migran hacia el norte, al Ártico, en invierno para alimentarse, y luego regresan tras su migración al sur, por lo que “es posible que algunas ballenas no hayan comido lo suficiente”, sostuvo Calambokidis, citado en reportes de la prensa estadunidense.
“Por ahora, se desconoce si el cambio climático podría haber contribuido al cambio en el suministro de alimentos, pero no parece probable que otras actividades humanas, como la contaminación, sean las responsables”, dijo y refirió un evento similar ocurrido entre 1999 y 2000.
Un total de 222 ballenas muertas se documentaron en ese periodo, una cifra excesiva en comparación con las 87 que se produjeron entre 2017 y 2018.
Las ballenas grises estuvieron casi en peligro de extinción debido a la caza, pero fueron protegidas por la Ley de Especies y la población se recuperó, por lo que en la actualidad se estiman unos 27 mil individuos, según NOAA.
“Tenemos que estar realmente al tanto de la situación. Determinar si existe relación del cambio climático con este desequilibrio y ver si podría estar afectando también a otras especies, pues las ballenas grises podrían ser una señal temprana de otras cosas”, enfatizó.