Bitácora

Por: Pascal Beltrán del Río 

Sería devastador para la economía nacional si se cumple la amenaza de Donald Trump de aplicar, a partir del 10 de junio, un arancel de 5% a todas las exportaciones mexicanas a Estados Unidos, equivalente a unos 18 mil millones de dólares. Sobre todo, si dicha tasa se duplica después del 1 de julio.

Aquí no importa lo que uno piense de Trump y sus justificaciones para tal medida. México tiene que hacer lo que sea necesario para evitarlo o rogar para que otros intervengan y la detengan. No se trata de tener la razón o actuar con dignidad. Amanecer el próximo lunes con la noticia de que los aranceles entran en vigor metería a la economía mexicana en una espiral destructiva de consecuencias impredecibles.

Los especialistas con los que he hablado en horas recientes predicen que, en tal caso, se produciría una fuerte caída del peso frente al dólar y un desplome bursátil. La depreciación de la moneda compensaría temporalmente el encarecimiento de las exportaciones mexicanas, pero generaría inflación, mientras que el estancamiento de la economía –producto de la incertidumbre– se agravaría, con el riesgo de entrar en terreno recesivo.  

Por lo que se ha escuchado decir al propio presidente Trump –ayer tocó el tema durante su visita de Estado a Reino Unido–, podemos estar casi seguros de que su decisión está tomada: castigará a México con un arancel de 5% a todas sus exportaciones para ver si el vecino comienza a colaborar con EU en materia migratoria.

La advertencia original de Trump es que, cada día 1 de mes, aumentará el arancel en 5% adicional –hasta llegar a 25%– en tanto México no frene el tránsito de migrantes que buscan llegar a su país. Si el 5% crearía una situación gravísima, pensar en un arancel de 10% sería una catástrofe.

Por supuesto, México tendrá que prepararse para recorrer el camino legal para impugnar la medida ante paneles internacionales si ésta se materializara. Asimismo, contemplar sanciones recíprocas contra exportaciones estadunidenses.

Pero nada compensará el daño inmediato y probablemente irreversible que cause el arancel.

El canciller Marcelo Ebrard se mostró optimista de que la amenaza de Trump no se cumplirá. Dijo que la negociación, que comenzará mañana en Washington, tiene 80% de posibilidades de éxito. No es suficiente. Tampoco creo que surtan mucho efecto advertencias como las de la National Retail Foundation de EU, que prevé que el arancel se traduciría en precios más altos para los consumidores estadunidenses.

Trump no se guía por buenos deseos, manifestaciones de amistad, la lógica o la sensatez. Se trata de un mandatario que estuvo dispuesto a parar al gobierno estadunidense en un shutdown de 35 días, el más largo de la historia, para anotarse puntos políticos en su batalla contra el Partido Demócrata.

A Trump lo que le interesa es su reelección como Presidente. Y no sólo por vanidad. Quizá su libertad dependa de que sea ratificado en la Casa Blanca.

México debe hacer todo lo posible por evitar la aplicación del arancel anunciado. Por ahora, la mejor oportunidad parece residir en lo que puedan hacer al respecto hacer los republicanos en el Congreso estadunidense.

 BUSCAPIÉS

Motivo de un escandaloso homenaje en Bellas Artes hace unos días, el líder de la iglesia La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, fue detenido ayer en EU por 26 cargos, como tráfico de personas, violación de un menor de edad y producción de pornografía infantil. ¿Qué dirán ahora quienes alegaban que dicha secta era blanco de intolerancia?