Por: Mario Galeana
El diputado José Juan Espinosa Torres cesó su intento de rebelión contra los diputados de la LX Legislatura y anunció que no presentará ningún juicio para revertir su destitución como presidente de la Mesa Directiva del Congreso local, así como de las ocho comisiones generales de las que era integrante.
A través de un video publicado en sus redes sociales, el ex coordinador de la fracción del PT se dirigió a Miguel Barbosa Huerta, gobernador electo de Puebla, para “tender su mano”, de cara al inicio de su gobierno.
“El gobernador requiere de la suma, la solidaridad, el respeto y la unión de todos. Dejemos las diferencias de cualquier índole a un lado. Confiemos en que él tendrá la capacidad de llevar a cabo las mejores decisiones y acciones para bien de Puebla. Le reitero mi admiración, mi respeto y mi agradecimiento por haber confiado en mí contra la lucha del fraude electoral del año pasado”, dijo.
“De nueva cuenta le tiendo la mano. Acepto esta nueva realidad en la que me han colocado mis compañeros diputados, una realidad en la cual seguiré cumpliendo mis compromisos. Porque por el bien de Puebla, primero Barbosa. Por el bien de Puebla, primero la paz y una auténtica reconciliación en la vida pública”, agregó.
El petista, sin embargo, dijo que su destitución como presidente de la Mesa Directiva y de las distintas comisiones –entre ellas la Inspectora, de la cual era presidente– se efectuó mediante “formas poco democráticas y fuera de la ley”.
Argumentó su decisión de no judicializar su destitución bajo el pretexto de que hoy, a diferencia del pasado, Morena es gobierno tanto a nivel federal como estatal.
“Ante esta nueva etapa, como integrante de la coalición Juntos Haremos Historia quiero anunciar que acato sin reserva alguna las decisiones que tomaron mis compañeros legisladores. A todos aquellos que hoy ocupan los asientos en diferentes comisiones y en particular en la presidencia de la Mesa Directiva, les deseo el mayor de los éxitos”, soltó.
Espinosa Torres fue destituido por 34 votos a favor y solo uno en contra, durante una sesión realizada el 10 de junio.
Su primera reacción fue decir que su remoción era “la primera decisión política” tomada tras la victoria de Barbosa Huerta, y consideró que, con él, algunos líderes de Juntos Haremos Historia intentaban expiar o montar una justificación frente a la debacle que la coalición registró en la zona metropolitana del estado durante las elecciones.
