La Entrega
Por: Adrián Ruiz / [email protected]
En el ámbito de la ilegalidad absoluta se han ventilado los asuntos jurídicos en el Juzgado Penal de San Pedro Cholula desde hace 19 años. El juez José Refugio Alejandro León Florescon documentos falsos recibió el nombramiento, desde 1990.
La protección que le brinda el ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, Roberto Flores Toledano, actual magistrado, le permite usurpar el cargo.
José Refugio ha dictaminado y favorecido a sus amistades en casos penales por casi dos décadas. De acuerdo con la ley, todos los veredictos deben invalidarse por carecer de calidad moral para ser juez.
En 1987 terminó la carrera de Derecho en la BUAP y, según su versión, presentó su examen profesional pero no hizo el trámite para titularse. Lo anterior es ilógico y falso porque lo más complicado lo había realizado ya.
Después de tres años ingresó al Poder Judicial. En 1990, mediante documentos falsos, lo nombran juez penal en San Pedro Cholula. Desde entonces y hasta la fecha funge en el cargo.
Como los tiempos cambian en el país y Puebla, el falso juez el año pasado tramitó su título y cédula profesional, los cuales ya tiene.
Sin embargo, no puede ser juez porque el requisito es que título y cédula deben tener una antigüedad mínima de tres años. La pregunta es: ¿cómo le permitieron ser juez tanto tiempo con documentos falsos?
Todas las sentencias que emitió durante ese tiempo deben anularse porque fueron emitidas por alguien que no era perito en derecho.
Cuando el actual gobernador Guillermo Pacheco Pulido fue presidente del Tribunal, exigió que todos los abogados litigantes registrarán sus títulos.
REPORTE DEL INFORMANTE
Lobos sin identidad. Los escasos dos años de Lobos BUAP en la Primera División del futbol mexicano transcurrieron con más pena que gloria. El cuadro representativo de la máxima casa de estudios en el estado nunca se identificó con la comunidad universitaria. Los propietarios decidieron vender al equipo y rescatar la inversión millonaria.
El proyecto estaba destinado a fracasar. El ascenso logrado en 2017 fue fortuito e inesperado. Los dueños no invirtieron para formar un cuadro competitivo y la sombra del descenso envolvió a Los Lobos en los cuatro torneos en los que participó.
La penosa realidad los alcanzó en abril del año pasado. Sumidos en el fondo de la tabla general de porcentaje fueron goleados 4-0 por Rayados de Monterrey y el descenso en automático llegó.
Sin embargo, por los enjuagues monetarios que tiene el futbol mexicano, Los Lobos no descendieron. Los inversionistas se dieron cuenta que en la Femexfut no tenían ni voz y voto. Y menos posibilidades de hacer negocio, como la mayoría de los equipos, por lo que decidieron vender al equipo a Ciudad Juárez para obtener ganancia.
El estadio Olímpico BUAP, con capacidad para 21 mil aficionados, pasará a ser un elefante blanco que con el tiempo se deteriorará. Los 52 años de historia del cuadro universitario serán eso: historia, y nada más.
