Esta casa editorial conversó con uno de los uniformados que recibió del titular de la SSP, Manuel Alonso, un reconocimiento por su “vocación de servicio y el compromiso de proteger a la ciudadanía”.
Por: Guadalupe Juárez
Gaspar Barragán Irineo es un policía estatal con más de dos décadas de experiencia y antes del 21 de junio, nunca había recibido un reconocimiento por ayudar a alguien.
El miércoles de la semana pasada un automovilista lo grabó a él y a su compañero José Vargas Valderrábano cuando ayudaron a un adulto mayor a trasladarse en el Periférico Ecológico porque estaba perdido.
Eran las 15:25 horas del miércoles cuando la pareja de uniformados encontró en el carril de alta velocidad a una persona con dificultades para caminar, quien se apoyaba de dos bastones, por lo cual decidieron ayudarlo y acercarlo a otro punto de San Andrés Cholula.
La imagen se difundió rápido en redes sociales, donde los internautas felicitaban a los dos elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado.
Dos días después, los oficiales recibieron del titular de la SSP, Manuel Alonso García, un reconocimiento por su “vocación de servicio y el compromiso de proteger a la ciudadanía”.
NO ES LA PRIMERA VEZ
Gaspar –de 43 años de edad– es tímido y de frases cortas; nos dice que no es la primera vez que ayuda a alguien así, pero fue hasta que terminó la entrevista cuando relata –orgulloso– cómo en una ocasión salvó a un niño de morir asfixiado.
Recuerda que la madre del niño lo tenía en sus brazos; Gaspar tuvo en la mente dos cosas: que de morir el menor podría perder su trabajo por intervenir o, de no actuar, llevar la muerte en su consciencia, lo cual no hizo.
Y se arriesgó. Logró sacar el cacahuate con el que se había atragantado el menor, no tuvo un reconocimiento como el de hoy, pero, en cambio, se llevó el agradecimiento de la madre del niño y los aplausos de la gente que rodeaba la escena.
Ahora caminamos por el pasillo del Complejo Metropolitano de Seguridad C5 y las personas que reconocen que apoyó a un adulto mayor no pueden evitar felicitarlo.
Gaspar dijo que, desde pequeño, al ver el uniforme de los policías le llamó la atención y al crecer buscó convertirse en policía estatal porque considera que es una labor loable y porque puede ayudar a otras personas, a pesar del riesgo al que se enfrenta en su trabajo.
“Si volviera a nacer seguiría siendo policía (…) Desgraciadamente la policía tiene una mala fama, pero hay que recuperar esa confianza con la ciudadanía, que se acerquen con cualquier servidor público, porque todos merecemos respeto”.