Por: Guadalupe Juárez

Las estadísticas de homicidios en la entidad poblana son de las menos confiables en el país, de acuerdo con el Índice de confiabilidad de la estadística Criminal del estudio de México Evalúa, denominado Fallas de Origen.

Durante la presentación de este documento en la capital del país este martes, Puebla es considerado como foco rojo junto con el Estado de México, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Baja California, Veracruz y Tabasco.

El estudio analizó cuatro componentes, uno de ellos el de calidad de datos, en el que contrastaron los datos de asesinatos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) con los del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, cuyas variaciones deben ser estrechas.

El segundo consiste en identificar irregularidades en homicidios culposos –en los cuales no debe de haber un patrón, ya que son accidentales-; el tercero detalla las correlaciones parciales a corto plazo –en donde identifican si hay o no relación entre homicidios dolosos y culposos- y el término de error, en el que revisan si hubo manipulación de datos.

Entre las irregularidades que hallaron en los datos que otorga la Fiscalía General del Estado de Puebla es el de la correlación parcial entre homicidios culposos y dolosos, pues cuando los homicidios dolosos aumentan, también lo hacen los culposos, situación que como un “comportamiento que no es normal”, ya que ambos delitos no deben tener relación.

Lo anterior, puesto que –detallan- los homicidios culposos se presentan de forma aleatoria y en todo el territorio estatal, de generar un patrón, es tomada como una irregularidad.

La entidad poblana sacó un promedio general de 6.49, en calidad de datos 9.51, en irregularidades en los datos de homicidios culposos 5.42, en correlación parcial entre los homicidios intencionales con los accidentales 1.33 y en término de error 9.70.

Los estados con mejores prácticas fueron Colima, Aguascalientes, Zacatecas, Coahuila, Querétaro y Sonora.

La directora de México Evalúa, Edna Jaime, consideró que el no reportar los homicidios intencionales de manera adecuada es muestra de una debilidad de las instituciones de procuración de justicia estatales, por lo que es necesario contar con auditores externos.