Sin Derecho de Réplica

Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE

 

De 1958 a la fecha, el modelo político sexenal arroja que Puebla debió haber tenido 10 gobernadores, sin embargo, la entidad ha contado con 19.

Tan sólo en el último decenio, el estado ha visto desfilar a seis mandatarios, todos ellos y ella, de centro o de derecha, pero nunca de izquierda… hasta el jueves 1 de agosto de 2019.

Puede entonces tratarse de una oportunidad para Puebla para que se demuestre que desde esta vía ideológica, filosófica y política que pone a la sociedad en el centro de las decisiones, rinda los frutos necesarios y sea una gestión exitosa.

Por lo menos, la transición del equipo barbosista así lo ha dejado ver.

Y es que Puebla es uno de los pocos estados del país que estará viviendo en su historia la alternancia a través de todas las ideologías políticas de gobierno.

Luis Miguel Barbosa se convertirá a partir del 1 de agosto en el gobernador constitucional de Puebla y, con ello, en el jefe del Poder Ejecutivo.

La separación de Poderes, tradicionalmente de este –el Ejecutivo–, el Legislativo y el Judicial, está basada en la necesidad de que existan contrapesos y equilibrios para garantizar decisiones democráticas y evitar acciones autoritarias.

En los últimos días y en momentos diferentes pude conversar con quienes hoy en Puebla representan los otros dos poderes.

Por todos es sabido que el inicio de la búsqueda de la gubernatura de Barbosa Huerta se dio cuando Gabriel Biestro era dirigente estatal de Morena; al principio su relación no fue la mejor, pero después se convirtieron en aliados.

Hoy, ya como diputado, Gabriel Biestro, representante del Poder Legislativo, me aseguró que con el gobierno de Miguel Barbosa queda atrás la sumisión de Poderes y el autoritarismo en las decisiones para dar paso a una verdadera institucionalidad.

Se antoja difícil, pero si verdaderamente se habla de un cambio de régimen, podría ser posible.

“Tiene que ver con una cuestión de respeto, no hay situaciones de amenaza, desprecio, mucho menos situaciones –como en la Legislatura pasada– de pasar el sobre por debajo del escritorio para que (las cosas) se aprueben”, me dijo.

En tanto, Héctor Sánchez pasó de ser síndico de la capital a magistrado del Tribunal Superior de Justicia del estado de Puebla.

Hoy, como representante del Poder Judicial, considera que existen expectativas positivas con la llegada de Barbosa al Ejecutivo.

El magistrado me comentó: “Él estuvo en alguna etapa de su vida profesional litigando en estos tribunales y los conoce muy bien, nos dio un mensaje de respeto a la autonomía, de apoyo, él está muy consciente de que el Poder Judicial tiene que trabajar más y para trabajar más necesitamos también contar con mayor crecimiento”.

Y es que el abuso del Ejecutivo y el sometimiento o contubernio insano con el Legislativo y el Judicial es una práctica viva en el sistema político mexicano, por lo que el reto en Puebla es mayúsculo.

Asimismo, el gobierno que en pocas horas está a punto de arrancar, si bien carga a cuestas el lastre de las malas decisiones que se han tomado desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, así como los gobiernos municipales emanados de Morena, también es cierto que el reto de Miguel Barbosa es demostrar que en Puebla las cosas pueden hacerse bien y de manera diferente.