Del año anterior a la fecha ha sido localizada más de una docena de cuerpos; en algunos casos, su grado de descomposición ha sido tal, que ni siquiera pudieron determinar el sexo de los cadáveres.
Por: Guadalupe Juárez
De 2018 a la fecha, en la entidad se han encontrado nueve fosas clandestinas, todas ubicadas en municipios donde operan bandas dedicadas al robo de hidrocarburos y al secuestro.
De acuerdo con una revisión hemerográfica, los cuerpos hallados se ubicaron en Huixcolotla, Palmar de Bravo, Ciudad Serdán, Tecamachalco, la capital poblana y Huejotzingo.
El 22 de enero de 2018, la Fiscalía General del Estado (FGE) acudió a un terreno de cultivo en Huixcolotla tras una llamada anónima. En el lugar encontraron los restos de dos personas en avanzado estado de descomposición, por lo cual en ese momento no se pudo identificar de qué sexo eran.
En este mismo municipio durante 2017 y 2018 se había detectado la presencia de grupos dedicados a la extracción ilegal del hidrocarburo, así como la venta del producto hurtado en el mercado municipal.
El 7 de junio de 2018, la entonces Procuraduría General de la República y la FGE encontraron en un terreno de cultivo en el municipio de Tecamachalco una fosa clandestina con un cuerpo; días después revelarían que se trataba de un comerciante que habían secuestrado, a quien los captores privaron de la vida luego de haber cobrado el rescate para, supuestamente, liberarlo.
Tecamachalco forma parte de la zona conocida como triángulo rojo, territorio cuyo control se encuentra en constante pugna, después de la persecución contra los líderes huachicoleros, como el caso de Antonio N, El Toñín.
El 23 de noviembre pasado, la FGE halló tres fosas más como parte de la investigación de una banda de secuestradores que operaban en Ciudad Serdán, donde encontraron dos fosas con tres cadáveres en cada una, así como una más con un cuerpo en La Encrucijada, en el municipio de Palmar de Bravo.
La banda era liderada por un comandante de la Policía Municipal de Chalchicomula de Sesma, la cual se encargaba de secuestrar comerciantes de la tercera edad, por quienes pedían hasta dos millones de pesos para liberarlos.
También utilizaban a una mujer joven para enganchar a más víctimas, por quienes exigían hasta cinco millones de pesos. Todas eran asesinadas después de haber sido privadas de la libertad.
Al arranque de este año, la primera fosa clandestina descubierta fue en San José Miahuatlán, el pasado 24 de enero; en un pozo utilizado como tiradero había seis cadáveres.
En ese municipio, comerciantes habían denunciado desde junio del año pasado que un grupo criminal les cobraba derecho de piso y de negarse, baleaban sus casas o negocios.
Otro caso fue la fosa encontrada en inmediaciones del mercado Morelos, ubicado al norponiente de la capital poblana, donde operaba Christian N, El Grillo. Tras varios cateos encontraron restos humanos que devoraba un perro, por lo cual lo relacionaron con cadáveres que habían hallado días antes en Amozoc.
El Grillo se dedicaba al narcomenudeo, robo a casa habitación, a usuarios del transporte público y a cobrar derecho de piso a comerciantes.
El caso más reciente fue el del 21 de julio en Santa María Tianguistenco, en dos pozos utilizados para tirar cuerpos hallados tras la localización del cadáver de un delegado de la Secretaría General de Gobierno (SGG) que había sido secuestrado.

