El colectivo La Voz de los Desaparecidos en Puebla tiene datos concretos de tres tiraderos de cuerpos en el triángulo rojo, y aunque han hecho la denuncia ante varias instancias, nadie ha acudido para desenterrar al menos 30 cadáveres que ahí se encuentran.

Por: Guadalupe Juárez

Las autoridades en Puebla se han negado a escudriñar las entrañas de la tierra en la que se resguardan los restos de la muerte. Han sido quienes buscan a sus seres queridos desaparecidos los que se han encontrado con fosas clandestinas donde habría decenas de cuerpos enterrados.

Pero cuando dan aviso a las autoridades, se topan con otra realidad: la fuga de información desde las corporaciones e instituciones que permite que cuando busquen bajo la tierra de forma oficial, sólo se encuentren con el hedor de la muerte, pero sin rastros de los cuerpos que fueron enterrados.

De acuerdo con la fundadora del colectivo La Voz de los Desaparecidos en Puebla, María Luisa Núñez Baroja, han encontrado tres fosas clandestinas en el triángulo rojo con el reporte de al menos 30 cuerpos; sin embargo, a pesar de denunciarlo ante varias instancias, las autoridades no han acudido al lugar para identificar los cuerpos.

FOTO: VICTORIA RAZO /CUARTOSCURO.COM

El colectivo —a diferencia de otros en el país que se han convertido en rastreadores, quienes rescatan cuerpos y localizan fosas clandestinas— tiene las manos atadas para rescatar los restos humanos enterrados que han hallado, pues no han encontrado especialistas que les ayuden a no perder indicios al desenterrar los cuerpos o que contaminen las muestras y ello evite la identificación de los cadáveres.

“No se han dado las condiciones para ir a hacer las excavaciones correspondientes y poder rescatar esos cuerpos. Platicando con expertos con otros colectivos, nos dicen que si no contamos con especialistas para eso, es mejor no mover los cuerpos, porque se pueden echar a perder indicios importantes y muestras para hacer las pruebas de genética, por eso nosotros no podemos ser irresponsables de tomar un pico y una pala y escarbar”, apuntó Núñez Baroja.

Por ello, han decidido reservar a los medios la ubicación exacta del municipio donde se encuentran estas tres fosas clandestinas y esperar apoyo de la Comisión Nacional de Búsqueda, pues la Comisión Estatal de Búsqueda no ha mostrado ningún avance desde su instalación.

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Núñez Baroja relató que en uno de los casos —aparte de los tres localizados— denunciado ante las autoridades, cuando la Policía Municipal de una de las demarcaciones caracterizada por el robo de hidrocarburos —y donde operan grupos relacionados con células del narcotráfico— llegó a rescatar los restos, la fosa ya estaba limpia.

“Sólo quedó el olor putrefacto de que ahí había cuerpos, pero sin más rastros humanos o de las pertenencias de las personas que ahí estaban enterradas”, indicó.

El colectivo en Puebla ha buscado la asesoría de asociaciones internacionales y el apoyo de otros colectivos, como el de Búsqueda de Personas Desaparecidas “María Herrera”, en Poza Rica, Veracruz, quienes en su entidad se han encargado de desenterrar cuerpos de víctimas de la violencia del narcotráfico e intentar identificarlos.

Por lo anterior, Núñez Baroja adelantó que buscarán que el Servicio Médico Forense (Semefo) de la entidad les permita participar —dentro de sus límites— cuando hallen una fosa clandestina para que consignen qué objetos encuentran con los cuerpos para concentrarlos en un catálogo de pertenencias que se puedan difundir a través de redes sociales y de esta forma acelerar la identificación de los cadáveres.

A decir del colectivo, será más sencilla la tarea para las autoridades al difundir las pertenencias halladas en esos lugares, pues en muchas ocasiones una prenda o tarjeta de crédito permitiría que los familiares que buscan a algún desaparecido reconozca un objeto, sepa dónde se encuentra su ser querido y pueda reclamar su cuerpo.

OPACIDAD EN EL NÚMERO DE FOSAS CLANDESTINAS

A pesar de que el gobierno federal ya cuenta con un primer informe de las fosas clandestinas en el país, en Puebla los números oficiales distan de lo consignado en reportes en medios de comunicación.

De diciembre de 2018 al 13 de mayo de 2019, el gobierno federal informó en su reporte la localización de una fosa en la entidad, sin mencionar el número de cuerpos rescatados.

En medios de comunicación consignaron en ese mismo lapso dos fosas clandestinas. Una de ellas el 23 de enero del año en curso en San José Miahuatlán, en un paraje donde encontraron dos cuerpos putrefactos.

La otra fue detectada el 2 de abril, cuando autoridades municipales y estatales descubrieron restos en una fosa en inmediaciones del mercado Morelos, la cual tenía relación con cadáveres mutilados hallados en el municipio de Amozoc.

La atención de las autoridades en este tema se dio el 21 de julio en el hallazgo reciente de dos pozos en Huejotzingo, en Santa María Tianguistenco, utilizados por el crimen para deshacerse de cadáveres, incluido el del delegado de la SGG asesinado por un grupo delictivo la semana pasada, de donde rescataron cinco cuerpos más, aunque en las versiones extraoficiales más conservadoras hablan de dos docenas de cadáveres.

A esto se suma un hallazgo más: el de dos cadáveres enterrados en un predio en San Bartolomé Coscomaya en Quecholac, el pasado 24 de julio.