Por: Redacción

En el ser humano, las emociones provocan alteraciones en el funcionamiento del corazón y para adaptarse, este órgano remodela su actividad eléctrica a fin de compensar y mantener su función; sin embargo, algunos padecimientos metabólicos le provocan afectaciones.

Investigadores del Laboratorio de Fisiopatología Cardiovascular del Instituto de Fisiología de la BUAP, observaron que las ratas de laboratorio con síndrome metabólico y ratones con diabetes mellitus tienen mayor variabilidad en su frecuencia cardiaca, efecto que de persistir desencadena arritmias y paros cardiacos.

Julián Torres Jácome, responsable de esta investigación, explicó que los cambios en el metabolismo (en este caso, la utilización de glucosa como fuente de energía) generan la disminución de la densidad de corriente en el corazón y ello produce alteraciones en el electrocardiograma.

Por tanto, en un diabético el primer órgano dañado es el corazón. “Como este se remodela para mantener su función, no se aprecian estas modificaciones”, comentó el también integrante del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt.

Añadió que los modelos animales jóvenes utilizados con estas patologías en el estudio (de dos a cuatro meses de edad) presentaron la misma variabilidad de frecuencia cardiaca que los ejemplares en etapa senil, en condiciones control (con ocho a nueve meses de edad). “Por eso planteamos que la diabetes mellitus y el síndrome metabólico envejecen”.

De acuerdo con proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes será la séptima causa de mortalidad en 2030. Asimismo, un estudio realizado en varios países determina que 50% de los pacientes diabéticos muere de enfermedad cardiovascular, principalmente cardiopatía y Accidente Vascular Cerebral (AVC).

¿CÓMO CUANTIFICAR LA VARIABILIDAD CARDIACA?

Torres Jácome propuso una fórmula para medir la frecuencia cardiaca en los ejemplares de estudio. De esta manera, se cuantificaron las “manchas” apreciadas en los diagramas de Poincaré de los intervalos RR, de los electrocardiogramas de modelos animales diabéticos, y correlacionaron con la edad del animal, de acuerdo con la variabilidad de tiempo entre latido y latido. En este estudio se comprobó que la variabilidad en la frecuencia cardiaca era menor, en comparación con el grupo control.