Garganta Profunda
Por: Arturo Luna / @ALunaSilva
Contrario a los malos pronósticos y retorcidos deseos de sus detractores, Miguel Barbosa ha dado muestras suficientes de que él y solo él mandará en el gobierno de Puebla a partir del 1 de agosto. Se están equivocando quienes, con el ya desgastado cuento de su supuesta mala salud, habían advertido que otros personajes tendrían un poder inusitado y hasta mano negra. Las claves, para quienes las sepan leer, están en la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública estatal que el Congreso local aprobará el viernes, con el fortalecimiento de la figura del mandatario y la disminución y división de facultades de algunas dependencias. Hombre de poder, conocedor de sus entretelones y vericuetos, él sabe ejercerlo. Lo disfruta, incluso. En el estado no habrá vicegobernadores por más que varios se hayan querido vender como tales.
Barbosa Huerta será un gobernador de tiempo, poder y facultades completas e individuales, nunca un cogobernante.
Durante la etapa de transición se han evidenciado suficientes pistas.
En la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Puebla se pueden ver muchas.
El titular de la Secretaría General de Gobierno, que se transformará en Secretaría de Gobernación, deja de ser jefe de gabinete.
Muchas de las facultades que tiene esa dependencia todavía en estos últimos días del gobierno interino pasarán a partir del 1 de agosto a ejercerse por el jefe de la Oficina del Gobernador.
En tanto, la figura del consejero jurídico asume un nuevo rol más activo y de poder.
Esas posiciones y sus facultades quedan con precisión, junto con la de la Secretaría Particular, descritas en el Capítulo Segundo de esta ley que será sometida a una cirugía mayor para dar arranque formal al barbosismo.
La conformación misma del gabinete, sus nombres y personas, las correcciones que ha hecho a la lista original, son otra muestra de que Barbosa Huerta ha buscado equilibrio, orden y disciplina de quienes serán sus secretarios y secretarias.
Debe llamar la atención, también para quien pueda leerlo, la colocación estratégica de subsecretarios como “cuña” de los secretarios (véase si no el caso de David Méndez como futuro subsecretario de Gobernación).
Los más cercanos a Miguel Barbosa, quienes con él trabajan hace décadas, si bien podrían no estar ante los reflectores, sí en cambio participarán decididamente en las definiciones finales, desde la discreción.
La escisión de secretarías es muestra también de ello.
La Secretaría de Administración y Finanzas quedará dividida en funciones en las secretarías de Planeación y Finanzas, por un lado, y de Administración por el otro.
De la actual Secretaría de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico, se crean dos: Economía y Trabajo.
Cultura y Turismo serán dependencias independientes.
Asimismo, Desarrollo Rural quedará separada de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Así como Infraestructura de Movilidad y Transporte.
Hay otros elementos que incluso buscan hacer contrapeso a organismos autónomos que heredó el morenovallismo.
Se crea para la administración barbosista la Secretaría de Igualdad Sustantiva, con un “enfoque de derechos humanos” —dice la iniciativa que ya están trabajando los diputados locales—, lo que llama a mirar la actuación que en los últimos años ha tenido la Comisión Estatal de Derechos Humanos, un auténtico cero a la izquierda.
Se trata en realidad de otra “cuña”.
Esta institucional.
El cambio más radical estará en la nueva Secretaría de Gobernación, a cuyo titular actual y también luego del 1 de agosto, Fernando Manzanilla Prieto, muchos quisieron ver como una especie de “vicegobernador”.
No lo será.
Institucionalmente estará acotado.
La dependencia ahora, con la reforma, deberá “dedicarse de manera toral a su principal función, la política interior del estado y su relación con los demás órdenes… así como con los demás poderes del propio estado, el Legislativo y el Judicial”, establece la iniciativa barbosista.
“Debe destacarse la facultad para integrar la agenda legislativa y reglamentaria del Gobernador, y para dar seguimiento, dada su relación con el Congreso del Estado, al proceso legislativo de las iniciativas presentadas por él.
“Se fortalece la capacidad de la Secretaría de Gobernación como promotora del desarrollo y capacidades de los Municipios, promoviendo mejorar sus instituciones mediante asesoría y asistencia técnica en temas municipales que le permita al Gobierno del Estado…”, agrega la exposición de motivos del documento.
Y de manera especial, por si hiciera falta, se establece que “nunca deberá ser utilizada para efectos de espionaje político”.
Las dudas, para quien las tenía, seguramente quedan despejadas con una mirada a estos elementos.
Barbosa es un político experimentado.
Sabe para qué es y cómo es el poder.
Y sabe también que el poder no se comparte.
Que poder que no solamente se ejerce.
Se secuestra también, en la mejor de las definiciones.