Economía, Política y Otros Pecadillos
Por: Michel Chaín Carrillo / @MichelChain

ECONOMÍA

Tal como en la escuela cuando sacabas 5.6 de calificación en el examen parcial, ibas con el profe para recordarle que “5.6 sube a 6” y, después de celebrar el 6, te dabas cuenta de que necesitabas haber sacado 8 para aprobar; le acaba de pasar a nuestra 4T.

Después de unos decepcionantes resultados económicos al primer trimestre del año, donde en lugar de que el PIB del país creciera se contrajo, se corría el riesgo de que México estuviera enfrentando una recesión. Por esta razón, la mañana del 31 de julio todas las miradas estaban puestas en la publicación, por parte del INEGI, de la “Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto Durante el Segundo Trimestre de 2019” que, después de muchas uñas comidas por los nervios, señaló que el país creció 0.1% respecto al trimestre anterior y que, como no se concatenaban dos trimestres seguidos de decrecimiento, no hay recesión en la economía mexicana.

Al conocer el dato, vinieron los suspiros de alivio entre analistas, funcionarios hacendarios e inversionistas, ya que a nadie le conviene que el país entre en recesión pues los activos nacionales pierden valor y los recursos financieros del exterior se vuelven más costosos, y raudo y veloz el Presidente aprovechó la conferencia mañanera para celebrar y restregarle a los “especialistas” que sus “pronósticos” habían errado y que el país va muy bien. Desafortunadamente, tanto para el país como para el Presidente:

  1. Los analistas no han publicado que se prevea que México decrezca durante 2019; por el contrario, la gran mayoría ha ajustado sus perspectivas de crecimiento a niveles mínimos y el dato del 0.1% parece darles la razón.
  2. Si bien se conjura el riesgo de entrar en terrenos recesivos, la realidad que confirma el 0.1% de crecimiento es que la economía está estancada en perjuicio de millones de familias mexicanas, pues sin crecimiento se cancelan oportunidades para ellas y es imposible lograr redistribuciones más equitativas de los recursos; en otras palabras, sin crecimiento económico lo único que se puede distribuir es la “fregadez”.
  3. De crecer este año al 4%, como alguna vez lo establecieran las voces autorizadas de la 4T, o al 2% para no perder terreno frente al dinamismo poblacional, pues ya ni hablamos.
  4. Quizá los más preocupante es que las razones que ocasionaron la falta de crecimiento de la economía mexicana durante el primer trimestre del año siguen ahí y, mientras el Gobierno Federal no las reconozca y haga los ajustes correspondientes, nos van a seguir acompañando por lo que no hay mucho optimismo respecto al segundo semestre del año.

Por lo pronto, la Secretaría de Hacienda, además de llevarse un nuevo “zape mediático” del Presidente por haber reconocido que la Federación tuvo un subejercicio de 174 mil millones de pesos (es decir, dinero que el Gobierno tenía programado gastar y no lo hizo) durante el primer semestre del año, ya anunció un paquete extraordinario de poco más 485 mil millones de pesos para impulsar la reactivación económica del país.

Dentro de este paquete hay recursos para obras de infraestructura (¡por favor que los viejitos de la SCT no salgan con alguna de las burradas que acostumbran!) y también un esfuerzo por otorgar créditos por parte de la muy desaparecida banca de desarrollo, enfocándolos al consumo vía Fonacot, la vivienda vía Sociedad Hipotecaria Federal y la actividad económica vía Nafinsa y Fira. Sin embargo, lo que más llama la atención es la inclusión del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) para detonar la participación del sector privado vía esquemas como las Asociaciones Público Privadas o APP. ¿A alguien le suenan?

POLÍTICA

En una época donde cada vez es más común que figuras atípicas lleguen al poder rompiendo formas y paradigmas en sus respectivos países de orígenes, la llegada del muy polémico ex alcalde de Londres, Boris Johnson, llama la atención.

Y es que Johnson no sólo es estrafalario e inusual, sus posiciones políticas también los son. Bajo el slogan “do or die” (hacer o morir, en español), y quien fuera uno de los promotores del referéndum y la campaña para sacar a Reino Unido de la Unión Europea o Brexit, “Bojo” –como también se le conoce–  basó su campaña en hacer efectiva la salida a la brevedad haya o no acuerdo con la UE y la promesa de revisar la frontera con Irlanda que, al ser parte de la Unión, le da al tema alcances continentales.

Boris Johnson se une a otros mandatarios como Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil o López Obrador en México, que desafían los estatus quo y cuyo “charm” los hace muy atractivos para los electores, aunque viajen con sombras de dudas sobre sus intenciones, métodos o resultados. Lo único cierto es que Europa está a punto de revolucionarse y tendremos que seguir a este estrafalario líder en un Reino Unido siempre peculiar y, siendo justos, también algo estrafalario.

OTROS PECADILLOS

Un favor a mis amables lectores: ¿Quién me explica cómo la compra de dos estadios de beisbol en el norte del país por parte del Gobierno Federal en algo así como mil millones de pesos encaja en la lógica de la austeridad republicana? Se agradece cualquier tipo de explicación que gusten compartirme, porque yo cada vez les entiendo menos.