La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía 

Ante las confusiones y los titubeos generados al interior del Congreso del Estado, el gobernador firmó un decreto sobre un tema polémico: el aborto.

Así lo dijo durante el conversatorio “Avances y retos en la consolidación del derecho a la igualdad y a una vida libre de violencia de las mujeres en Puebla”:

“He firmado un decreto para iniciar desde los procedimientos legales la preliberación o el indulto de quien esté detenida, de las mujeres que estén detenidas por el tema aborto e incluiremos la petición que se refiere a la posesión de drogas”.

En otras palabras: ninguna mujer irá a la cárcel por ejercer su derecho al aborto.

Esta medida promovida por el gobernador pone a su gobierno a la izquierda con acciones concretas.

¿Cuántos gobernadores conservadores se refugiaron en el doble lenguaje antes de darle el sí a una medida de avanzada como ésta?

Y no hablo sólo de los gobernadores poblanos, sino de los del resto del país.

Sus actitudes timoratas estuvieron por arriba de la necesaria salud pública.

Y lo hicieron para evitar castigos electorales fomentados por la inefable derechita cobarde.

El gobernador Barbosa antepuso un criterio de avanzada para apoyar a las mujeres que recurren al aborto.

Y lo mejor es que quienes están en las cárceles por tomar esas decisiones saldrán en libertad.

Ya se empiezan a escuchar las voces retardatarias de las promotoras de Provida, quienes consideran un crimen aberrante la consumación del aborto.

Es peor, sin duda, traer niños al mundo producto de violaciones sexuales, o niños pobres con un futuro gris y deshecho.

Las buenas conciencias, ya lo sabemos, se santiguan antes de entrar a los burdeles, pero se horrorizan ante un tema como el aborto.

El tiempo medirá la importancia histórica del anuncio del gobernador.

Las mujeres libres y sin prejuicios estúpidos fueron las primeras en aplaudirlo.

Se dice fácil.

No lo es.

Pero el cambio ha empezado con el pie derecho.

Feministas auténticas como la diputada Rocío García Olmedo, quien llevaba años luchando por la no criminalización del aborto, ven en esa medida la consumación de una lucha histórica.

Del otro lado —del lado de la derechita cobarde—, la horrorosa sociedad está realmente horrorizada.

Que no nos importe.

Oídos sordos para ellos.

.

In Memoriam

Murió como mueren las valientes.

Cuando parecía desahuciada, regresó a despedirse de los suyos.

Quería un jugo de manzana en lugar de té.

Quería irse a su casa y quitarse esa parafernalia que a veces ahoga a los enfermos.

(Sueros, agujas, líquidos desesperantemente lentos).

Quería sus cinco minutos de paz.

En ese contexto, le agradeció a su amorosa hija Lori por todo todo lo que había hecho y con los ojos le agradeció también al brillante doctor Lorenzo Aarum, director general del Issteep, por las generosas atenciones que tuvo con ella.

Fue entonces cuando cerró los ojos y se dejó morir.

Un beso desde aquí, querida tía Guille, maestra de generaciones.