Sin Derecho de Réplica
Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE

Nunca se ha dicho que los viajes internacionales hechos por un presidente municipal sean malos.

Un viaje de esa naturaleza puede conquistar valiosos intercambios de tipo cultural y hasta inversiones o esquemas colaborativos de políticas públicas.

El problema viene cuando la o el gobernante viaja más por placer que por objetivos reales en beneficio de sus gobernados.

Hay gobernantes que hacen viajes cortos con resultados favorables, palpables y cuantificables; hay otros que logrando un objetivo que proyecta su imagen por la meta alcanzada, se creen con el derecho de aprovechar su estancia para vacaciones y celebrar el logro; y hay otros más que sólo buscan el pretexto de viajar por viajar, sin objetivos concretos del viaje y generalmente dedican lo menos posible a “trabajar” y terminan por hacer una travesía de placer.

En este último segmento está la presidenta municipal Claudia Rivera.

Viajó a Colombia para participar de “no sabemos qué”, con una comitiva de “no sabemos quién”, para lograr un “no sabemos cuál” que se podrá en marcha “no sabemos cuándo”.

No está mal hacer viajes internacionales, lo malo está cuando lo hace en medio de un alto índice de inseguridad, cuando ha demostrado que no es capaz ni de darle mantenimiento a parques y jardines, cuando no ha sabido administrar los recursos que se le han asignado para el desarrollo de la comunidad, cuando no tiene control de su equipo y cuando la corrupción al interior de sus estructuras está más vigente que nunca.

Incluso, gente de su mismo partido está arrepentida de haberla designado como candidata reconociendo que no existió ninguna encuesta que la definiera como el mejor perfil para competir por el cargo. Lo peor es que su soberbia ha crecido más que su popularidad y ahora no permite que alguien le opine sobre cómo está gobernando.

Quizá sepa que después de su trienio no tendrá la mínima posibilidad de volver a ser elegida a algún cargo de elección popular; tendríamos que ser idiotas para volver a votar por ella.

Viajar es bonito, cómo no y más cuando no se paga de nuestra cartera

Y es hasta cierto punto comprensible.

Si nunca antes había viajado al extranjero con sus recursos, pues ahora no perderá la oportunidad de hacerlo, aunque su municipio se caiga a pedazos.

Qué lástima, porque, en el fondo, Claudia Rivera es una buena persona.