Garganta Profunda
Por: Arturo Luna / @ALunaSilva
El desafortunado día de sangre en la Mixteca, con el linchamiento de siete personas, entre ellos un menor de 16 años, por su presunta participación en un secuestro, más la muerte de una víctima adicional, mostraron ajustes que se deben hacer de inmediato en la prevención, el fortalecimiento del “débil Estado de Derecho” —calificado así por el gobernador Miguel Barbosa— y en la solución de las causas del descontento social, lo mismo que en los protocolos de acción de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Secretaría de Gobernación, la Fiscalía General del Estado y otras instancias tanto estatales como municipales. Los hechos de Cohuecan y Tepexco encendieron alertas que, dentro de lo lamentable del caso, se vuelven agudas pero que llegan a tiempo para la nueva administración, la cual ya anunció que será su prioridad revertir el “abandono gubernamental” de las comunidades.
Los linchamientos, que han dejado 16 muertos en lo que va del año, como expresión del hartazgo de la población ante la impunidad y la injusticia, deben ser atendidos en varias vías.
Así lo advierte el diagnóstico del gobernador.
En este caso, a diferencia de ejemplos del pasado, Miguel Barbosa no se ha escondido y anunció que el domingo visitaría los municipios donde ocurrieron los hechos.
Sabe que los componentes social y de procuración de justicia, además de la operación policiaca, son insoslayables.
En su primer acto público de este jueves, Barbosa Huerta lamentó los hechos, desarrolló las causas que lo explican y anunció acciones.
Antes escribió en Twitter:
“Hay una profunda debilidad del estado de derecho en nuestra entidad, las autoridades comunitarias, municipales y estatales no han sabido garantizar a la gente la seguridad pública, la paz y la convivencia necesarias para alcanzar una vida digna.
“La sociedad se encuentra harta ante el abandono gubernamental. Es inaceptable e ilegal la búsqueda de la justicia por propia mano, la misma es obligación del Estado, la que debe ser oportuna y completa.
“Lamento profundamente los hechos ocurridos en comunidades de los municipios de Cohuecan y Tepexco, expreso mi solidaridad con su pueblo y sus autoridades municipales, auxiliares y comunitarias, a las que hay que respaldar y fortalecer”.
Efectivamente, la turba enardecida que toma la justicia, a sangre y fuego, en mano propia, refleja muchos factores y todos de alta gravedad.
Se deben atender sin descuidar el elemento estrictamente de seguridad pública.
Miguel Barbosa expuso más tarde el mismo jueves, que en su administración habrá “presencia gubernamental en cada rincón del estado”.
Que se atenderán las principales necesidades de la sociedad: pobreza e inseguridad.
Que su gobierno “pagará la deuda social que se generó en Puebla por la opulencia, derroche y falsa modernidad”.
“Puebla es el estado de las contradicciones y de la desigualdad. En Puebla la presencia del Estado de Derecho, es débil, los hechos ocurridos en comunidades pobres de los municipios de Cohuecan y de Tepexco, así lo acreditan”, dijo durante sus actos públicos.
Pero hay otros frentes que son tan graves como urgentes para su atención.
Aunque la SSP, la Segob y el personal de la Fiscalía General del Estado siguieron los protocolos en cuanto se generó la alerta por el secuestro de un comunero a las 11:00 horas del miércoles, no se pudieron evitar los siete linchamientos.
El titular de la seguridad del estado, el vicealmirante Idelfonso Amezaga Ramírez, estará seguramente atendiendo el tema del incipiente conocimiento que aún tiene del territorio y de las condiciones sociales del estado.
Buscará también equilibrar el éxito de sus operativos.
Lo deseable es que sean 100% eficientes.
Mientras la intervención con fuerzas federales del tianguis de San Martín Texmelucan, la madrugada del martes, dejó un saldo muy positivo, Amezaga seguramente estará revisando qué falló, o qué más pudo hacerse en los municipios mixtecos el miércoles para haber evitado las dantescas escenas que se observaron.
Faltará también ver el avance de investigaciones y acciones en las siguientes horas.
Pero hubo actuación de las autoridades.
Esa que no se daba en el pasado, o que se daba a medias.
También el equipo de Comunicación Social del gobierno barbosista hizo su parte al informar oportunamente, incluso hacia la medianoche, con actualizaciones sin maquillajes sobre los hechos.
De acuerdo con el parte del secretario de Gobernación (Segob), Fernando Manzanilla, se han registrado 180 intentos de linchamiento con 16 muertos, sin incluir a los siete del último caso, en 2019.
Se ha podido rescatar a 209 personas.
Este caso deja mucha tarea por hacer: revisar con urgencia los protocolos, pues los cuerpos policiacos municipales definitivamente no saben qué hacer ante turbas asesinas como la del pasado miércoles en la Mixteca poblana.
También será muy importante que los auxilios de la Segob y la SSP y, en los casos que amerita, la Guardia Nacional, sean más rápidos, más eficientes y más oportunos.
Que las tristes lecciones traigan efectividad.
Y también un punto final a estos sangrientos hechos que desgraciadamente ya se han “normalizado” en una Puebla donde la barbarie ha cobrado carta de naturalidad.