Garganta Profunda
Por: Arturo Luna / @ALunaSilva
El triunfo de Jesús Zaldívar en la presidencia del Comité Directivo Municipal (CDM) del PAN en Puebla capital, tras una contienda cerrada y que incluso podría ser impugnada aunque sin ninguna posibilidad de éxito, tiene, sin embargo, tres claros mensajes para los de casa y los de enfrente: el albiazul poblano regresa, en muchos sentidos, a sus raíces y hoy tiene condiciones para encontrar puntos de reconciliación entre su corrientes históricas, tras la desaparición del morenovallismo. Cerró el paso a ese intervencionismo que lo quiere como una oposición dócil al barbosismo y cómoda electoralmente ante Morena. Acción Nacional será en la capital un partido competitivo y con posibilidades muy altas de triunfo en la alcaldía, así lo muestran las cifras más recientes pero, primero, su nuevo dirigente tiene el enorme reto de conciliar intereses y balancear fuerzas internas.
Con el ex diputado local Jesús Zaldívar Benavides, un viejo y conocido militante a pesar de su edad, el panismo poblano tiene la vía para regresar a la cepa, a la raíz, como un partido de alta competitividad y con cierta firmeza ideológica en el origen.
También buenos pronósticos, aunque todavía requieren mucha labor interna, hacia la reconciliación de yunquistas y morenovallistas.
Al menos, una coyuntural, porque para 2021 van a pelear con todo por la candidatura a la alcaldía.
Zaldívar, no hay que olvidarlo, fue el candidato de los dos bandos.
Tuvo asimismo un especial apoyo del ex alcalde Eduardo Rivera, a quien tampoco ahora hay que perderle la vista hacia la elección de dentro de dos años.
Ese escenario actual de reconciliación interna hubiera sido impensable, sin la desaparición física y muy lamentable de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso, quienes imponían dirigentes a capricho —véase el último capricho que se permitieron con la imposición de una bisoña como Genoveva Huerta al frente del PAN estatal—.
Las condiciones actuales de la capital poblana, en donde Acción Nacional (ganó los cuatro distritos locales en junio pasado, uno de ellos incluso dos a uno sobre el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), lo ubican en un escenario envidiable hacia 2021.
La victoria del ex director General del Conalep, con todo y sus manchas aisladas, producto de una pasión que tiene su rasgo positivo, ofrece también un blindaje ante la intervención de manos ajenas.
Su adversario, Eduardo Alcántara Montiel, nunca pudo sacudirse la acusación de que estaba manipulado por el secretario de Gobernación del estado, Fernando Manzanilla.
El resultado, que convierte a Zaldívar en el presidente del CDM, cierra el paso contundentemente a intereses externos y a Morena, que pretendían fijar condiciones convenientes, de cara al 2021.
Alcántara tuvo a disposición el apoyo de operadores de Manzanilla, según las denuncias.
Hoy, tras la derrota, denuncia prácticas antidemocráticas.
Habla de trampas, pero hace el ridículo con acusaciones absurdas de que encontraron boletas a su favor tiradas en el baño de un café, por ejemplo.
Ni él ni sus seguidores han podido siquiera construir una narrativa verosímil del “fraude”.
Zaldívar tendrá que ocuparse estos días de la operación cicatriz, pero esa ha sido su especialidad.
Tiene además un respaldo contundente de los líderes añejos y nuevos del panismo poblano.
Basta ver las manifestaciones públicas de respaldo que ha recibido, entre ellas, de la Doña, Ana Teresa Arada, quien en su Twitter escribió:
“No le alcanzó la operación a @Fer_Manzanilla y ahora pretende ensuciar la elección de @AccionNacional. Ganó @JesusZaldivarB y con él empezará una nueva era para #Puebla”.
Una vez que la pasión de la interna se apague, comenzará el trabajo en los retos.
El mayor, sacar con pulcritud y sin caídos, por la batalla interna, la candidatura a la alcaldía en 2021, que puede ser la ganadora, en las condiciones actuales.
Con el desastre de los resultados de Morena en Puebla capital y su zona metropolitana en la pasada elección, el PAN tiene a su alcance recuperar la plaza.
El nuevo dirigente sabe y así lo ha expresado desde su discurso mismo de triunfo, que deberá sumar a esa gente que, sin ser panista, está decepcionada del lopezobradorismo.
Llega así, Jesús Zaldívar, en un momento muy propicio a la dirigencia municipal.
Ese que podría ser de renacimiento.
De un PAN que regrese al camino de los triunfos.
Ahora, libre del yugo de Rafael Moreno Valle y andando sin muletas.