Por Mario Alberto Mejía

El miércoles 18 de septiembre será un día clave en la vida del ex gobernador Mario Marín Torres.

Tres magistrados de circuito definirán su destino inmediato.

Y sólo hay dos sopas: o es desechado el amparo que sus abogados interpusieron para enfrentar el proceso que se le sigue en libertad, o es aceptado.

La segunda opción le daría a Marín la oportunidad de reaparecer públicamente y, en consecuencia, salir del refugio en el que se halla escondido desde que el 11 de abril el Primer Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito con sede en Cancún, Quintana Roo, liberó la orden de aprehensión en su contra por el delito de tortura cometido en diciembre de 2005 en agravio de la periodista Lydia Cacho.

Mucha agua ha corrido debajo del puente del marinismo desde entonces.

Toda clase de versiones —hasta las más delirantes— han circulado en las aguas puercas del periodismo.

Sólo algo es cierto: Mario Marín es prófugo de la justicia.

Cosa curiosa: uno de los abogados a los que recurrió en un primer momento para que le llevara su caso fue procurador general de la República.

Su nombre: Raúl Cervantes.

Él fue quien lo recomendó con otro abogado: José Luis Nassar.

En un primer momento, éste fue quien presentó el primer amparo, pero luego abandonó el caso.

Hoy, los tres imputados —Kamel Nacif, Adolfo Karam y el propio Marín— por fin se pusieron de acuerdo en que un solo despacho de abogados lleve su caso.

Y en ésas andan.

De ahí que el 18 de septiembre sea una fecha clave en el calendario marinista, aunque, de resultar positiva la solicitud de amparo, la parte acusatoria podría —faltaba más— inconformarse.

Marín quiere enfrentar el proceso en libertad.

Eso le le permitiría caminar de nuevo por las calles de Puebla.

Eso sí: se abstendría —¿para siempre?— de participar en política. 

Mientras tanto, ay, todo queda en la resolución del 18 de septiembre: ducentésimo sexagésimo primer día del año en el calendario Gregoriano y primer día del año —si los astros se le alínean— en el calendario Marinista.

Algo hay que decir:

En junio pasado, la juez Rosa María Cervantes, titular del Juzgado Decimosegundo de Distrito en Materia de Amparo Penal de la Ciudad de México, dejó sin efecto la suspensión provisional que se le había concedido al exgobernador, por lo que ya no hubo obstáculo legal que impidiera que la Fiscalía General de la República lo aprehendiera.

(Cosa que no ha sucedido. Incluso Lydia Cacho asegura que FGR conoce la ubicación de Marín y no hace nada por detenerlo).

Dicha decisión de la juez fue tomada luego de que Marín no ratificara la demanda de amparo ni los actuarios pudieran localizarlo para notificarle una suspensión de plano y de oficio.

Tic tac, tic tac…

Las Fiestas Patrias están por llegar, y el 18 de septiembre también.

Nota Bene

Algunos de los últimos gobernadores poblanos tuvieron suertes terribles.

Manuel Bartlett es señalado hoy por su riqueza inexplicable a través de una empresa cuyo nombre es emblemático: Cabaret.

Mario Marín está prófugo.

Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso murieron en el siniestro del 24 de diciembre.

José Antonio Gali Fayad vive un exilio prematuro.

Sólo Melquiades Morales disfruta a su familia en su casa de Las Fuentes.

Ufff.