Esta semana el Instituto Mexicano para la Competitividad AC (IMCO) y la empresa SinTráfico publicaron el estudio El costo de la congestión, vida y recursos perdidos, analizando el comportamiento de los datos en tiempo real y metodologías para la evaluación de proyectos en 32 de las principales ciudades de nuestro país, se demostraron pérdidas cuantiosas en horas-hombre por la falta de atención a la movilidad; a continuación algunos datos relevantes.

DATOS PROMEDIADOS A NIVEL NACIONAL, 32 CIUDADES ESTUDIADAS

Cada habitante pierde en México 147 horas al año en transportarse, para Puebla 114 horas. Para Puebla, un habitante de 65 años, por lo menos pasará 50 años de su vida transportándose por diferentes motivos de viaje, representando 237 días, casi un año perdido en el congestionamiento. Existe una profunda desigualdad en cuanto a recursos aplicados para el transporte público y aquellos dirigidos al transporte particular:

39% a 75%

de los mexicanos usa transporte público, pero las ciudades reciben solamente de 1.2% a 6% del presupuesto federal para este fin.

21% a 25%

de los mexicanos se traslada en vehículo particular, pero las inversiones en pavimentación e infraestructura van de 33% a 47% del presupuesto federal.

Lo anterior, indistinto del modo, motivo o modalidad de los viajes, afecta a todos los habitantes en calidad de vida, competitividad y desarrollo económico de las ciudades.

PROPUESTAS RELEVANTES DEL ESTUDIO

1.- Desincentivar el uso del automóvil.
Impuestos sobre combustibles altamente contaminantes,
Incentivos fiscales para combustibles amigables con el medio ambiente.

2.-Fomentar el  crecimiento urbano compacto.
Usos de suelo mixto.
Mayores alturas de construcción.
Promover la construcción de vivienda social en zonas centrales, densificar centros históricos.

3.-Invertir en protocolos de medición y reportes.
Información que ayude a los usuarios a tomar decisiones para sus traslados.
Medir los avances de los proyectos y políticas.

4.-Invertir en transporte público.
Seguro, eficiente y limpio conforme a la proporción de usuarios.
Financieramente sostenible, con descuentos para la población vulnerable.