El mandatario estatal, Miguel Barbosa Huerta, puntualizó que lejos de ser “poblaciones enteras” las que protegen a las bandas delictivas, son personas que están coludidas con ellos; como ejemplo, señaló el caso del miércoles en Cerro Gordo, donde retuvieron a 14 policías estatales para intentar canjearlos por tres malhechores.

Por: Guadalupe Juárez

En comunidades de Ciudad Serdán, Acatzingo y Esperanza operan grupos organizados —sin que sean poblaciones enteras como se ha dicho— que protegen a delincuentes para evitar que sean detenidos, reveló el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.

“Vienen policías tras un carro detectado como robado, lo vienen correteando, ellos vienen huyendo, y cuando llegan a un lugar o una comunidad de allá de por Serdán, se les atraviesa otro coche con reporte de robo para evitar que sigan persiguiendo al primero y sale gente de todos lados a amagar con gritos y golpes a los policías”, relató.

Otra forma de operar es que cuando son perseguidos por cualquier elemento de seguridad de los tres órdenes de gobierno, los delincuentes hablan por teléfono para avisar que son seguidos, se van a una de las comunidades en donde otros grupos los protegen y es así como la “gente” sale a resguardarlos.

De esta forma es como han actuado los grupos delictivos para evitar ser detenidos y cubrirse con supuestos habitantes de las comunidades.

Barbosa Huerta se reservó a qué comunidades en específico se refiere, pero comentó que eso fue lo que sucedió en Cerro Gordo, perteneciente a Cañada Morelos, donde el miércoles un grupo de habitantes retuvo a 14 policías estatales para intentar canjearlos por tres presuntos delincuentes que fueron aprehendidos por portación ilegal de arma de fuego y viajar en un vehículo con reporte de robo.

Según el titular del Ejecutivo estatal, el grupo que intentó liberar a las personas procesadas se dedicaba también al saqueo de trenes y robo de vehículos.

Con ello, el mandatario estatal descartó que en la entidad haya grupos de autodefensa como en otros estados, pero reconoció que en zonas alejadas y ante los actos delictivos la población reacciona con los linchamientos.

De acuerdo con reportes de administraciones pasadas, en Esperanza y Ciudad Serdán se detectaba a familias completas que saqueaban trenes y se apoderaban del producto que trasladaban, mientras que Acatzingo operan grupos dedicados al robo de hidrocarburo.

Otro de los casos se dio en Quecholac en 2017, donde supuestos habitantes se enfrentaron con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cuando iban a aprehender a un líder huachicolero que operaba en la zona y que derivó en ejecuciones extrajudiciales y una serie de recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) contra el gobierno de Puebla y las fuerzas castrenses.

Asimismo, en este año se registró una agresión hacia elementos de la Guardia Nacional (GN) por supuestos habitantes de Tepeaca, tras un operativo del cierre de una toma clandestina de gas LP.