República Restaurada
Por Víctor Baca

“Majestad, nunca os he pedido nada, pero ahora os pido que le perdonéis la vida a este hombre, a este prisionero, ¡a vuestro hermano!”

Dumas

Ante la ola de comentarios y descalificaciones debido a la reciente modificación legal dentro del Congreso de Puebla, con el cometido de establecer las condiciones del indulto, considero que más allá de descalificar la postura, debemos valorar sobre si algunos reos del estado fueron justa o injustamente encarcelados. Debemos pensar si la figura del indulto es necesaria, pues, por desgracia, no olvidemos (igual replanteado con las reformas penales del 2008) que las preliberaciones se convirtieron en un negocio, un buen negocio, podríamos pensar que así no sucederá, sobre todo considero que no es adecuado ni prudente, otorgar tan fácil el privilegio (privar de la ley) a nadie…

AMLO afirma que nadie estará por encima de la ley. La desconfianza de las leyes, sobre todo porque ahora debiéramos discutir si las leyes están verdaderamente cumpliendo con su cometido de regular la convivencia entre los ciudadanos, pues no tienen otra, sea la esfera que sea, la de su competencia. Una ley de indulto no parecía algo necesario ni urgente (sobre todo a partir de todo lo que necesita, pero como no son dignos del FB –políticamente correctos–, pues no interesan), simplemente bastaba revisar los casos de interés (todos los casos de personas cuya lengua no es el español), en los supuestos que interesaban al gobernador y de seguro encontrarían las anomalías suficientes que, permitiera reabrir los asuntos y alcanzar la liberación, incluso por inocencia, no por indulto, que son dos casos diferentes.

Sin embargo, dado el caso, es importante considerar no sólo la atención a los asuntos que nos ocupa, son en las medidas de prevención que al respecto se deben hacer y esto recae sobre la secretaria de gobernación y las instituciones encargadas de la impartición de justicia. La indiscriminada acusación que, por cierto, fue desde siempre en Puebla una práctica común contra los adversarios políticos. Pero las ideas simples van contra las medidas espectaculares. Además, la lección que deberá trasmitir no sólo el gobernador sino sus servidores cercanos, consiste en intentar, por lo menos, y dar muestras de que sus acciones como servidores de otras administraciones que fueron deshonestas, por no decir corruptas, tienen motivo de disculpa, y deberán ser, en el sentido de fortalecer la confianza entre los ciudadanos para provocar la legitimidad, pues ya, en caso de administraciones tan deterioradas, la legalidad no alcanza. En indulto, es entonces, una prueba para que el gobierno que encabeza Miguel Barbosa ofrezca garantías y voluntad, de lo que considero debe ser su aportación como gobernante: un cambio legítimo y en beneficio de los gobernados, y queda a salvo, el derecho de que los hombres y mujeres nombradas en el gabinete y áreas administrativas demuestren el respeto a la ley y al espíritu de la transformación que estamos esperando. Y no sólo es el gobernador, sino que la legitimidad no se otorga por decreto y todos los que se sumen a su causa serán bien recibidos y además legitimados en sus respectivos puestos, de lo contrario, tal vez mañana esa ley del indulto sea usada con otros fines. No podemos olvidar tampoco que el uso del indulto siempre dejará una estela de injusticia y de poco sentido de respeto a la ley o en su defecto una crítica severa al sistema judicial y legislativo, que creo es el caso de Puebla y México…

Pd

Como siempre, aparecerán los vividores (que se hacen pasar por activistas, para sacar benéficos del indulto)