Esfera Pública
Por: Elías Aguilar / @Elyas_Aguilar

La capital de Puebla es importante por diversos factores: históricos, geográficos, sociales y políticos, y, sin lugar a dudas, el peso electoral que representa. De acuerdo con las cifras que proporciona el INE (2019), la ciudad de Puebla representa 28.4% de los electores en la entidad, y si tomamos en cuenta su zona de influencia, representada por los municipios limítrofes y que forman parte de la zona conurbada de la metrópoli su importancia crece aún más; los seis municipios de esta zona representan 36.6% de los electores del estado, esto es casi cuatro de cada 10 electores de la entidad.

Fuente: INE, 2019.

Por la anterior razón el desempeño del gobierno de la ciudad tiene un papel relevante para la carrera política del presidente municipal y para las siglas partidistas que representa su administración, pues su desempeño tienen una necesaria repercusión electoral; no está de más decir que la alcaldía ha representado un paso previo para la obtención de la gubernatura para algunos ex mandatarios, o bien un factor importante para los resultados electorales en el estado, donde el cumplimientos de las expectativas y el desempeño de la autoridad municipal juega un papel relevante para inclinar la balanza para favorecer o afectar las siglas de la fuerza política que representa.

En el caso de la actual presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera, la balanza es negativa. En primer lugar, es la munícipe peor evaluada en la historia reciente de los gobiernos de la capital; si consideramos los últimos seis gobiernos de la capital se ubica en el último lugar en lo referente a el porcentaje de aprobación que le otorgan los habitantes de la ciudad. El 71.4% de los electores de la capital la desaprueban, 24.1% la aprueba y 4.1% se muestra indiferente. En términos numéricos quiere decir que siete de cada 10 poblanos desaprueba el desempeño de la primera morenista en gobernar la ciudad.

La desaprobación de la alcaldesa no es un asunto de género, pues entre los últimos seis munícipes hubo otra mujer, Blanca Alcalá, que fue aprobada en 2009 por 52.9%  de los poblanos, desaprobada por 29.4% y se mostraban indiferentes 17.7%, que como se puede ver no es un asunto de género, pues los números de Alcalá están en segundo lugar de desempeño, sólo superada por Eduardo Rivera, quien en 2011 reportó 60.8% de aprobación, 33% de desaprobación y 6.2% se mostró indiferente.

Fuente: Estudios de Indicadores SC, 2007-2019.

Electoralmente, el escenario municipal de 2019 es favorable al PAN con 34.2% de las preferencias, seguido por Morena con 28.2%, el PRI con 10.8%, otros con 7.2% y 19.6% que no manifiesta su intención de voto en la elección municipal.

Fuente: Indicadores SC, agosto de 2019, encuesta en vivienda con 400 entrevistas.

Los indicadores negativos de desempeño gubernamental de la primera edil de Morena en la capital y las preferencias favorables al PAN marcan la tragedia de Morena, después del triunfo contundente de 2018 que generó altas expectativas en cuanto a una nueva forma de gobernar, sin embargo, los datos señalan que no se han cumplido; tan es así, que los números ubican a Claudia Rivera como la peor presidenta de la historia reciente en la capital poblana. Y es muy probable que este pésimo desempeño se relacione con la preferencia favorable a Acción Nacional.

¿Qué le conviene hacer a Morena? Tratar de apuntalar el desempeño de Claudia Rivera con el objetivo de mejorar la percepción que tienen los poblanos con respecto a su pobre desempeño, o preferirá entregar la plaza ante la dificultad de abatir la problemática de seguridad y de obra pública que se vive en la capital y pactar con el PAN la llegada de un afín a los intereses del gobernador Luis Miguel Barbosa. Ya veremos que pasará.