República Restaurada
Por Víctor Baca

La violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso.

Sartre

Es evidente que la violencia es el tema pendiente del nuevo gobierno, que si bien, sí está cumpliendo con limpiar de corrupción de su administración, nadie puede negar que existen algunas cosas que no pasan por ahí.  No olvidemos que el crimen organizado en México se origina, sostiene y nutre desde las estructuras del Estado, en particular de aquellas que teóricamente existen para combatir, precisamente, a la delincuencia.

La violencia en todas sus formas de expresión: el monopolio de ella es lo que se encuentra muy debilitado…

Ya había escrito y dicho que no se trata de incrementar el número de policías, ni tampoco de comprar unidades automotoras o cámaras de video… eso parece más un negocio que una consideración al problema, porque números mayores, no necesariamente contienen más, además deja observar ciertos rasgos que caracterizan la ausencia de planeación y estrategias adecuadas.

Es necesario pensar que la violencia es parte de un proceso, nunca un fin en sí mismo. Es parte de nuestra naturaleza y todos somos violentos en potencia. Somos la única especie que es violenta por causa diferente a la naturaleza, a menos que lo social lo sea. Aunque debemos examinar que, por ser un proceso, este requiere de ciertas condiciones, unas propias e internas y otras ajenas y externas. Las propias acontecen como un mecanismo de defensa, las ajenas no tiene mayor incentivo que una sinrazón. Un contrato. Así de simple, la violencia no está justificada.

La violencia en los tiempos actuales más que una condición humana es una señal de que las cosas están bastante mal. Sin embargo, en cientos de spots y mesas de análisis trasmitidos a diario, por ejemplo, lo único que ofrecen los políticos y analistas de casi todos los partidos es una incentivación a la violencia. Esto tiene una causa visible: la ausencia de propuestas. La situación del país es cada vez más delicada, en incremento de los actos violentos en todas las manifestaciones posibles son señal inequívoca de más de treinta años de una crisis que parece no tener fin. El endeudamiento inexplicable en materia de seguridad del gobierno mexicano y es inexplicable porque no sabemos en qué se utilizaron esos recursos.

De manera tendenciosa las autoridades se ocultan detrás de las falacias, por ejemplo, llamar de diversas maneras una verdadera colección de actos violentos, que además tienen poco de común y dispersa el concepto de violencia, no tiene sustento y este sólo se presenta en sus sabios entenderes. No olvidemos que la violencia a través de lo visual resulta más impactante, el éxito del cine violento, es la inspiración técnica de esos spots. Por momentos parece que las autoridades no encuentran brújula ni fórmula para atender y resolver el asunto.

Pero, más allá de culpar a los gobiernos deberíamos preguntarnos ¿cómo están estructurados los poderes facticos de nuestro país? Y es claro que no podemos seguir con esta “ola de violencia”, afirma Lemus Barajas, pues el compromiso de las autoridades para reforzar la seguridad pública no sólo es para dar certeza a los inversionistas y sus familias, sino para prevenir los actos violentos que ponen en riesgo la integridad de todos y cada uno de los ciudadanos.

Por otro lado, sabemos que una de las partes que generan una de las expresiones más violentas, históricamente son los que conforman nuestro sistema de prensa, ya Malcolm X, lo sabía y afirmaba que, “con una hábil manipulación de la prensa, pueden hacer que el criminal parezca víctima y viceversa”. ¿Ejemplos?

No podemos olvidar que el país no ha tenido proyectos (y eso prima altri diluvi) y pese a las voces que hoy aún extrañan los gobiernos pasados, ya alguien decía que la ausencia de proyectos es la madre de la delincuencia. Y todo lo que entraña presupone un fracaso…