La Quinta Columna Exprés
Por: Mario Alberto Mejía
Una buena y una mala.
La buena: Juan Carlos Lastiri no fue secuestrado.
La mala: Alfonso Durazo, secretario de Seguridad Pública, no tiene información confiable.
El síndrome Culiacán parece perseguirlo, pues.
La senadora Nancy de la Sierra buscó vía telefónica al funcionario una vez que trascendió la información de que el ex funcionario de Rosario Robles había sido levantado en Zacatlán.
La respuesta de Durazo fue enfática: “No había orden de aprehensión en su contra. Además, los protocolos para detener a alguien no se siguieron. En consecuencia: Lastiri no fue detenido”.
Los minutos que siguieron exhibieron a Durazo, pues se fue confirmando la aprehensión.
¿El motivo?
Su participación en la Estafa Maestra.
Y es que Lastiri firmó tres de los contratos simulados que sirvieron para desviar 5 mil millones de pesos.
Nuestro personaje participó en el mal manejo de 300 millones.
Lo mismo hicieron pero en una mayor proporción otros dos hombres cercanos a Rosario Robles que no han sido detenidos: Emilio Zebadúa —ex pareja sentimental de Carmen Aristegui— y Ramón Sosamontes.
Sólo en algo acertó Durazo: con Lastiri se violó el debido proceso, pues no le leyeron sus derechos ni los ministeriales se identificaron.
Esto es lo que hay.
