Economía, Política y otros Pecadillos
Por: Michel Chaín Carrillo 

ECONOMÍA.

Mientras en Alemania, con un crecimiento del PIB similar al de México, tanto la Canciller Merkel como el Bundesbank reconocen su recesión e implementan políticas contracíclicas, aquí el presidente López Obrador se aferra, paradójicamente dado que desprecia a los técnicos y la “obsesión neoliberal” por medir y crecer, a un tecnicismo para sostener que no hay recesión y posponer los ajustes que necesita la economía para crecer.

Más allá de la falsa dicotomía entre crecimiento y desarrollo, porque sin crecimiento económico lo único que se puede distribuir de manera equitativa es la escasez y la miseria, el pobre crecimiento de la economía afecta a millones de familias que no pueden progresar ni por la vía de un buen empleo (de acuerdo con el IMSS, en 2019 se están generando menos empleos formales que el año pasado) ni por la de sus proyectos emprendedores o empresariales (de acuerdo con el INEGI, la inversión fija bruta es inferior a la del año pasado).

A pesar de las promesas de campaña de crecer 4% o 6% o el comportamiento inercial de los últimos 15 años que le daba al país para crecer 2% promedio anual, el PIB decreció 0.2% el primer trimestre del año y se estancó en 0.0% en el segundo. Para el tercer trimestre el INEGI informó que únicamente se creció 0.1% respecto al trimestre anterior y se decreció -0.4% en comparación con el tercer trimestre de 2018.

Además del pobre crecimiento, preocupa su composición. Reflejo de la crisis de confianza que afecta al país, y que comenzó con la consulta y cancelación del NAIM, se frenaron las inversiones productivas ocasionando que el PIB industrial se redujera en -1.8% en la comparación interanual lo que, a su vez, afectó a los servicios que no registraron crecimiento.

La crisis de confianza no se limita al NAIM, pues se ha reforzado con decisiones como el fallido Plan de Negocios de Pemex, los desatinos en el sector energético, las polémicas por los gasoductos, las obras emblemáticas (Tren Maya o Santa Lucía) atoradas por la falta de proyectos ejecutivos y permisos o los subejercicios del gobierno federal (232 mil millones que no se han podido gasta, más lo que se vaya acumulando). Los efectos de la crisis de confianza se refuerzan con los de la inseguridad que vive el país (record histórico en homicidios y los lamentables hechos de Culiacán), para explicar que tomadores de decisiones en todo el mundo hayan dejado de ver a México como un destino confiable para sus inversiones productivas.

Con un mercado interno pasmado, durante 2019 la economía norteamericana tuvo el dinamismo suficiente para jalar a la mexicana vía el sector exportador. Desafortunadamente, como si esto fuera Pedro y el Lobo dadas las veces que presidencia trató de culpar al entorno internacional por la falta de dinamismo en el país, el sector externo se descompone de cara al próximo año pues tanto Estados Unidos como la Unión Europea y China prevén crecer a menor ritmo en 2020.

Con un sector interno que no carbura y un sector externo que empieza a nublarse, México requiere ajustes mayores para recuperar la confianza de los inversionistas y generar empleos. Es posible lograr tanto el crecimiento como el desarrollo, pero requiere que el Presidente reconozca que el país no va requetebién y actúe en consecuencia.

Más allá de nuestras diferencias, confío en el presidente. Aún hay tiempo.

POLÍTICA

Lo que sucede en Baja California, donde se votó para que Jaime Bonilla fuera gobernador por dos años y quiere serlo por cinco, es un cínico agandalle que pone en riesgo, con la complacencia de buena parte del gobierno federal, tanto el orden constitucional como los avances democráticos logrados desde los años 80 del siglo pasado. Permitir un abuso así debilita la capacidad del país para resistir las tentaciones de concentrar el poder en una sola persona o su eternización en el cargo.

Si queremos un país de leyes y libertades para las siguientes generaciones, Baja California es una causa que nos debe de unir. Es nuestra responsabilidad como generación.

OTROS PECADILLOS

Después de una serie de rumores respecto a su desaparición, al parecer Juan Carlos Lastiri Quirós ya está con su familia. Más allá de nuestras saludables diferencias políticas o ideológicas (así es la democracia), celebro que esté bien y aprovecho este espacio para mandarle un abrazo.