Defensa. La presidenta municipal de Puebla rechazó que su ausencia paralice la atención en la ciudad, pues “son ocho mil trabajadores los que conforman el Ayuntamiento”

Por: Jaime Carrera

La alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera, calificó de “ególatras” las críticas al viaje que realizó a Kenia, África, tras considerar erróneo que “una sola persona gobierna la ciudad”. 

Negó que, con la asistencia a eventos internacionales, haya desatención de las responsabilidades que tiene como funcionaria pública.

“Se ha creído que es una persona la que hace, coordina y resuelve, y no, son ocho mil trabajadores los que conforman el Ayuntamiento para buscar la atención de los servicios, el trabajo y la participación”, expresó.

Lo anterior, luego de la serie de señalamientos de regidores por el PAN y de la fracción del G5 por Morena, quienes calificaron como una “irresponsabilidad” que la alcaldesa dejara por tercera ocasión la ciudad en lo que va de 2019, sobre todo ante la incidencia delictiva que se ha registrado en los últimos meses en la capital poblana. 

Rivera Vivanco dijo que la asistencia como panelista a la Cumbre Internacional sobre Población y Desarrollo 2019 −realizada del 14 al 16 de noviembre− fue una obligación como “presidente municipal”, pues fue la primera vez que un alcalde mexicano y de Latinoamérica es invitado a un evento de tal magnitud.

Sin precisar proyectos a desarrollar a partir del viaje, aseguró que el trabajo expuesto en Nairobi, Kenia, dio muestra “al mundo” de lo que se realiza en la capital poblana en materia del empoderamiento de la ciudadanía y en específico del género femenino.

“Estamos en los ojos del mundo, además de ser Patrimonio de la Humanidad, porque tenemos que hacer esfuerzo de abatir esa brecha de desigualdad y hacer el máximo esfuerzo para que los que se quedaron rezagados puedan estar a la misma altura empezando por las niñas, adolescentes y mujeres”, sostuvo.

Agregó que críticas “siempre habrá”, sin embargo, afirmó que sus detractores “siempre han tenido una visión simplista y ególatra”, pues lejos de abonar buscan desacreditar su trabajo. 

En ese sentido, apostó por el impulso al papel de la mujer en las sociedades: “Y me da un deber moral para no soltar el tema y convocar a más grupos, no que cambien su forma de pensar, si no reconocernos como iguales pues los sistemas de discriminación se dan en todas las esferas, en diferentes escalas”.