Economía, Política y Otros Pecadillos
Por: Michel Chaín Carrillo / @MichelChain
Economía
Después de la muy oportuna “cortina de humo” que significó la llegada de Evo Morales a México, nos toca regresar la atención a la realidad nacional que no es halagüeña.
Con un 2019 tirado a la basura en términos económicos, ahora hay que tener cuidado con los temas no resueltos que van a trascender al 2020 y las preocupaciones que van surgiendo de cara al cierre del año. Adicional a la muy preocupante crisis de inseguridad, resalta la falta de dinamismo industrial (particularmente en automotriz y construcción) y su reflejo en la pobre generación de empleos formales (no, las becas no cuentan), la sospechosa tendencia del Gobierno Federal a acumular subejercicios (para octubre, se estimaron en 232 mil millones de pesos) y la crisis de confianza que tiene estancados tanto a la inversión productiva como al consumo de bienes duraderos.
Dado que el mercado interno prácticamente no está aportando para el crecimiento del PIB (0.1% al 3er Trimestre), lo poco que ha habido de impulso se relaciona con la dinámica del mercado estadounidense (ahí van 8 de cada 10 dólares que exporta México y de quien somos, junto con China, los principales socios comerciales) y la estabilidad del tipo de cambio, sostenida por los flujos de divisas en inversión de cartera (títulos y valores, pero no quipos o maquinaria) donde han “hecho su agosto” aprovechando el diferencial de tasas de interés entre ambos países (a grosso modo, 6% de ganancia por endeudarse allá e invertir aquí).
Desafortunadamente, para el 2020 todo apunta a que la economía estadounidense va a reducir su tasa de crecimiento, lo que reduce las perspectivas de nuestras exportaciones y las del motor que mantuvo el crecimiento en 2019. Asimismo, sigue sin haber información clara sobre el Presupuesto Federal 2020, que debió estar listo en el Congreso el pasado 15 de noviembre, pero diputados y SHCP dicen que seguro queda bien y que para qué estresarse con los plazos legales.
Dado el desempeño de PEMEX (producción aun insuficiente, sigue como la petrolera más endeudada del mundo y ahora tiene la construcción de la refinería de Dos Bocas con un presupuesto y tiempos que no convencen), existe el riesgo de se reduzca la calificación crediticia tanto de PEMEX como del Gobierno Federal lo que significa que, en menos de un año, se perdería el acceso privilegiado que hoy se tiene, tanto para el Gobierno como para los privados, al fondeo internacional (si van a decir que este Gobierno no contrata deuda, les recuerdo que sale de manera regular a refinanciar la ya existente). Si sumamos las dudas sobre la capacidad de cumplir algunos parámetros del los Criterios Generales de Política Económica 2020, como PIB o la recaudación, no sorprende que corredurías como Merrill Lynch o UBS estén recomendando comenzar a deshacerse de inversiones en pesos mexicanos.
Política
Hay diferencia entre asumir principios y embutir entuertos, aunque ambos tengan costos.
En el caso de Evo Morales (de quien mi opinión se limita a reconocer los buenos resultados de su gestión y desaprobar su malsana obsesión por eternizarse en el Poder) me parece la decisión que se tomó estuvo a la altura de la tradición que hay en el país de dar asilo a personajes polémicos, como fue en su momento Trotski que venía de enfrentar a Stalin o, más recientemente, Manuel Zelaya quien fue depuesto como presidente de Honduras. Aunque en el corto plazo pueda haber algún desencuentro (¿alguien sabe qué cara puso Mr. Trump?) a la larga gana el país.
En el caso de la CNDH, si no era suficiente con una candidata sin mayores credenciales académicas o profesionales y cuyos cargos en el Partido del Presidente debieron dejarla fuera, a los operadores de MORENA se les “hizo bolas el engrudo” para explicar que sí se tenían las dos terceras partes de la votación requerida, así que mejor optaron por demostrarnos que las cuentas y las reglas de tres no es lo suyo, ni las urnas transparentes y donde los estén grabando, ni la Transparencia si hay chance de votación secreta y menos eso del “estado de derecho”. Con tal de cumplir la instrucción de Palacio, le dieron la razón a los inversionistas internacionales que no optan por México al considerar que el Gobierno no respeta acuerdos, contratos o leyes. Luego no pregunten que de dónde sale la crisis de confianza que tiene en jaque a la economía.
Otros pecadillos
¿Para qué sirve la campaña de un candidato a algún cargo de elección popular? A riesgo de ser obvio, pues para darlo a conocer y obtener votos. Sin embargo, y a raíz de una polémica con una persona a quien quiero mucho, creo que es importante reforzar que las campañas permiten a los ciudadanos (electores) conocer la plataforma y propuestas del candidato y así tener una idea de lo que se compromete a hacer una vez que asuma el cargo. Cuando un gobernante electo, sin que haya algún evento de verdad extraordinario que lo justifique, abandona su plataforma, se olvida de sus principales promesas y decide gobernar con acciones distintas o hasta contrarias, está rompiendo con uno de los certidumbre que debe haber en cualquier elección (saber por que estoy votando) y raya en lo fraudulento pues es evidente que se obra de manera contraria a la verdad y a la rectitud en perjuicio de sus electores que confiaron de buena fe dicho candidato y lo respaldaron con su voto.
Es como ir a la tienda porque ofrecen aguacates, acordar un precio (en el caso electoral, en lugar de dinero es un voto) y, a la mera hora, que el tendero de manera unilateral, sin decir “agua va” y por sus grandísimas ganas, te de cacahuates al precio de aguacates. Mal hacemos como ciudadanos aceptando este tipo de conducta tramposa con el argumento de que “siempre ha sido así”; tal y como se defiende nuestro derecho como consumidores, también lo debemos hacer como electores. Si no lo hacemos nosotros ¿entonces quién?