Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva 

El diagnóstico es contundente y no resulta nada bueno para Puebla en materia de inseguridad; esa es la mala noticia. La buena es que los gobiernos federal y estatal ahora atenderán, con tiros de precisión, varios de los más graves problemas del sistema de seguridad pública, que se traducen en el avance de la delincuencia.

En la entidad, de acuerdo con el INEGI, nueve de cada 10 habitantes tienen la percepción de vulnerabilidad en sus patrimonios y personas. Nuestro estado mantiene un déficit heredado de casi nueve mil elementos policiacos; la mayoría de los activos no están certificados; son de los peor pagados y la entidad está en la punta de incidencia delictiva en robo a transportistas, de autos y secuestros.

Las administraciones de Andrés Manuel López Obrador y Miguel Barbosa Huerta deberán actuar en consecuencia. Ahora tienen clara (y completa) la película. Y ese es su gran reto para 2020.

Las claves para comenzar a trabajar con precisión el tema de inseguridad en Puebla (y todo el país) están en el informe “¿Quién es Quién? Seguridad pública local”, con corte al 30 de noviembre de este 2019.

El documento que elaboró el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) fue presentado este martes por el Presidente.

Sobre Puebla, hay datos reveladores y otros que confirman el nivel de inseguridad que ya se respiraba, y que viene desde muchos años atrás.
La entidad tiene el lugar número nueve en asesinato de policías, con 19 caídos, hasta noviembre.

El primer lugar es Guanajuato, con 62.

Como ya había adelantado el gobernador, Puebla tiene un déficit de ocho mil 990 elementos.

Esto se traduce, de acuerdo con el “¿Quién es Quién?” en que la entidad tiene el lugar décimo segundo en el índice del número de efectivos por cada mil habitantes.

Los números poblanos son de 0.56, cuando la media nacional es de 0.90.

El estándar nacional se ubica en 1.8 policías por cada mil habitantes.

La Ciudad de México es la entidad más alta del país en este rubro, con 4.34 efectivos por cada mil habitantes.

En el tema de los emolumentos para los efectivos policiacos, en Puebla estamos también muy bajos.

Ese es uno de los puntos que, desde campaña, ofreció atender Miguel Barbosa.

Así lo hará.

Miguel Barbosa ejercerá cuatro mil 253 millones de pesos en seguridad pública en 2020, cuando este 2019 el gasto en ese rubro fue de dos mil 602 millones de pesos.

Los elementos estatales poblanos perciben en promedio 11 mil 870 pesos mensuales.

Está por debajo, aunque no mucho, de la media nacional, que es de 13 mil 188 pesos al mes.

Pero lo ideal, si es que se trata de buenos deseos, es que los policías poblanos ganaran como los de San Luis Potosí, quienes perciben 21 mil 90 pesos cada 30 días.

En Sonora ganan 19.68 mil pesos y en Baja California 18 mil pesos.
Claro, se trata de que haya especialización, mayor capacitación y profesionalización de los cuerpos de seguridad locales.

Otro asunto, respecto solamente del nivel de calidad de los policías por entidad, es el de la certificación.

Es otra falla heredada para la actual administración.

En Puebla apenas 24.7% de los efectivos han aprobado los exámenes para certificarse.

Ni tres de cada 10.

En este rubro, Querétaro se lleva las palmas, con 96.4%, un puntaje altísimo.

A la luz de estos números y tan sólo en la reflexión de la calidad de policías que tenemos, se explican muchas cosas.

Ahí que cuadren, lamentablemente, las cifras de la entidad como segundo lugar en robo a transportistas.

Y como cuarto en secuestros y en robo de automóviles.

La capital está también en los primeros lugres, el 26 de los municipios del país, en homicidios dolosos.

Sumaba ya 184 hasta noviembre.

Incluso por encima del supuestamente “tan peligroso” municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México.

Ahí está el diagnóstico y los números son muy malos.

Sin embargo, es muy buena noticia que se tengan con esta precisión.

Es el primer paso para las soluciones.

Que vengan pronto.