Argumentos. Para los dueños de negocios, las autoridades municipales olvidaron tomar en cuenta algunos factores de riesgo como los trabajadores que se quedarán sin empleo

Por: Jaime Carrera

La normativa que prohibirá la entrega de bolsas de plástico en establecimientos comerciales —a partir del 1 de enero de 2020— en el municipio de Puebla, arrancará en medio de un ambiente de polarización ante la disyuntiva de desincentivar la compra y utilización de ese tipo de productos dañinos para el medio ambiente y la posibilidad de la pérdida de empleos del sector plástico, en su mayoría, asentado en la capital del estado y zona metropolitana.

Por un lado, las autoridades municipales buscan cambiar la política ecológica a fin de generar un compromiso ambiental compartido ante el problema que representan las mil 700 toneladas diarias de basura que se producen en la ciudad —de acuerdo con el Organismo Operador del Servicio de Limpia—, entre ellas las bolsas de plástico que tardan años en degradarse.

Y por el otro, el sector productivo del plástico, el cual prevé afectaciones económicas para los empresarios y los trabajadores del ramo.

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De acuerdo con datos de Greenpeace, una bolsa de plástico tarda décadas en degradarse, “y lo hace desprendiendo cientos de miles de diminutos fragmentos de microplásticos, junto a todos los aditivos y tóxicos que pueda llevar el plástico”. En contraste, el uso promedio de cada bolsa es de 12 minutos, aproximadamente, precisa la organización.

Pese a lo anterior y sin desestimar el impacto ambiental, “el tema va más allá de prohibir el plástico e imponer sanciones, pues hay factores de riesgo que las autoridades no pusieron a consideración, tal y como la población que depende económicamente de un trabajo relacionado con ese sector en la capital poblana”, advirtió la empresaria del ramo, Araceli Pérez Araoz.

Detalló que un estudio realizado por empresas agremiadas al Consejo de Organismos Empresariales (COE) estima que alrededor de tres mil trabajadores de 100 empresas dedicadas a la fabricación, comercialización, acopio y reciclaje de productos de plástico se puedan ver afectados en la capital y su zona metropolitana a partir de la prohibición de la entrega de bolsas de ese material.

“Lo que están haciendo es una solución aparente, lo importante sería que se continúe con el ciclo del plástico, la reutilización, de una bolsa que usamos y la mandamos al reciclaje, la podemos convertir en mangueras, juguetes, macetas. Qué pasa con las bolsas sustitutas de tela, el tejido de esas bolsas después de un tiempo resulta antihigiénico, si se lavan, bien, y si no, se tira, si se rompe, la gente la tira, y esas no es tan fácil reciclarlas”, sentenció.

Luego de que el Cabildo poblano hizo cambios al Código Reglamentario Municipal (Coremun) para prohibir el uso y entrega de bolsas de plástico desechables, popotes de plástico y recipientes de unicel, el Ayuntamiento podrá multar a partir de enero a quien no respete la medida con montos que van de los dos mil 534 pesos a los 42 mil 245 pesos —según sea el tamaño del establecimiento—.

En tanto, a nivel estatal la reforma para la prohibición de la entrega de bolsas y popotes, aprobada en abril de este año por el Congreso local y publicada el 12 de julio en el Periódico Oficial del Estado, entrará en vigor hasta enero de 2021.