Por: Mario Galeana

Foto: Archivo Agencia Es Imagen

El Congreso de Puebla atravesó una súbita reorganización a lo largo de 2019. El chapulinismo político dio origen a una nueva fracción de diputados sin partido, en tanto que la segunda bancada más fuerte se convirtió en la tercera.

El último cambio en el tablero político ocurrió el pasado domingo 8, cuando la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano (MC) anunció la incorporación de Héctor Alonso Granados a su bancada.

Alonso Granados fue expulsado del grupo legislativo de Morena tras convertirse en opositor a su coordinador, Gabriel Biestro Medinilla, y tras la serie de expresiones misóginas que realizó en contra de las diputadas de Juntos Haremos Historia, a las que tildó de “focas aplaudidoras” o “naranjeras”.

Pero el cambio más drástico ocurrió en el grupo legislativo del PAN. Su ex coordinador, Marcelo García Almaguer, renunció a la bancada tras haber votado a favor del nombramiento de Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino, un personaje identificado con Morena.

Tras la salida de García Almaguer, junto a él renunciaron también los diputados Hugo Alejo Domínguez y María del Carmen Saavedra Fernández, ex integrantes —como él— de la bancada del PAN.

A la postre, estos dos últimos se sumaron al hoy gobernador Miguel Barbosa Huerta, aunque su inclusión fue abucheada en el contexto de un mitin realizado en Teziutlán.

Más tarde, a este bloque se sumó el diputado Jonathan Collantes Cabañas, quien renunció a la bancada de Nueva Alianza.

Desde entonces, este bloque de diputados sin partido de nombre “Fuerza Independiente” ha impulsado la modificación a la Ley Orgánica del Poder Legislativo para ser considerados una bancada más.

También han respaldado la mayoría de las iniciativas que el bloque Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES-PVEM) ha presentado ante el pleno.

El mayor perjudicado con esta reorganización fue la bancada del PAN, que pasó de ser la segunda fuerza al interior del Congreso a estar empatada en el tercer lugar junto al PRI y los diputados sin partido.

Con ello, Morena consolidó su lugar como el grupo legislativo más numeroso, seguido por el PT.