APRENDIZAJE. La alcaldesa Layón subrayó que en San Martín Texmelucan y sus juntas auxiliares se está trabajando fuertemente para crear una cultura de prevención.

Por: Redacción

A nueve años de distancia, las autoridades municipales de San Martín Texmelucan rindieron un homenaje a las víctimas de la explosión de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la unidad habitacional San Damián.

El saldo del fatal siniestro dejó 30 muertos, 52 lesionados, 84 viviendas derruidas, daños ambientales y pérdidas por más de 300 millones de pesos. 

El homenaje se efectuó en la colonia El Arenal de esta localidad, donde se colocó una ofrenda floral y se hizo un pase de lista de quienes perecieron. En el sitio estuvieron presentes familiares de las víctimas, así como la presidenta municipal Norma Layón, el coordinador de Protección Civil Estatal, José Ignacio Macías Jiménez, y el coordinador de SUMA, Luis Evelio Vélez. 

En el acto, la alcaldesa Layón subrayó que en San Martín Texmelucan y sus juntas auxiliares se está trabajando fuertemente para crear una cultura de prevención en aras de evitar a toda costa situaciones que pongan en riesgo a la población. 

Ante ello, recordó que hace unos días, el Cabildo aprobó el Reglamento Municipal de Protección Civil, el cual, una vez publicado, servirá para prevenir posibles riesgos a la ciudadanía. Asimismo, hizo un llamado de unidad y a continuar fortaleciendo las acciones en beneficio del municipio.

A nueve años del siniestro

A las 5:30 de la mañana del 19 de diciembre de 2010, una explosión en un ducto de Pemex causó pánico entre miles de habitantes de San Martín Texmelucan. El primer estallido se suscitó en una toma clandestina en la Unidad Habitacional San Damián, mientras que las explosiones posteriores obedecieron a que el hidrocarburo se derramó sobre el río Atoyac, donde halló un punto de ignición y extendió el fuego a casas, negocios y oficinas asentadas en 1.5 kilómetros a la redonda.

El estallido de hace nueve años se oyó a cinco kilómetros de distancia, pero las llamaradas eran visibles desde más lejos, mientras el denso humo negro cubrió rápidamente la región hasta abarcar Atlixco, Huejotzingo, Cuautlancingo, San Andrés Cholula y la capital poblana.

La zona de siniestro quedó prácticamente derruida, la cual ha recibido aportaciones de vecinos, autoridades municipales, estatales, federales y de la empresa petrolera, a fin de reconstruir las viviendas.