La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía
A Rodrigo Abdala de Bartlett ya le gustó que lo regañe en público el presidente López Obrador.
Este lunes, en Palacio Nacional, el sedicente súper delegado poblano recibió los proyectiles enviados por el presidente con la cara de palo con la que suele deambular.
Vea el hipócrita lector lo que AMLO les dijo a él y sus colegas:
“Ayer mismo me dirigí a ellos para decirles que lo más importante es que representemos al Gobierno con dignidad, esto es cero corrupción, no permitir ningún acto de corrupción, trátese de quien se trate.
“(…) Cuidado, cero corrupción, cuidado con los colaboradores, nada de impunidad, trátese de quien se trate, hasta de familiares, porque si hay autoridad moral hay autoridad política”.
No sólo de corrupción les habló el presidente.
También tocó el tema del fraude electoral.
“Se los dije ayer, que ni siquiera se presenta la denuncia en la Secretaría de la Función Pública, directo a la Fiscalía de Asuntos Electorales, directo”.
Rodrigo Abdala, hay que decirlo, está siendo investigado por la Función Pública a raíz de diversas denuncias presentadas en su contra.
Como recordará el lector, su hermano Jorge es una especie de encargado de la antigua delegación poblana de Desarrollo Social —hoy llamada Secretaría del Bienestar.
Dicho personaje entra, sale y toma decisiones sin tener cargo público alguno.
Le basta —faltaba menos— con ser hermano del Súper Delegado y sobrino político del director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz.
Así lo presume a la menor provocación.
En el México anterior a la Cuarta transformación la conducta de Jorge Abdala era parte de la normalidad en la que se movían las cosas.
A partir del 1 de diciembre de 2018 cambió todo, y gestos como éste no son tolerados por el nuevo gobierno.
Jorge Abdala, es claro, no trabaja en el gobierno federal.
(Lo suyo es la informalidad).
Y si lo hace, no tendría que tener como jefe directo a su hermano, pues habría un conflicto de interés clarísimo.
El nepotismo duerme en el baúl de los sueños desde la época de López Portillo.
O así nos dijeron.
La duda mata:
¿En carácter de qué despacha como encargado de la antigua delegación de Desarrollo Social?
¿En carácter de qué cobra su salario?
¿En carácter de qué gira órdenes a los funcionarios que ahí trabajan?
Otro caso que le hace zumbar los oídos a Abdala es la desviación de recursos públicos que ha hecho en favor de Bertha Luján, aspirante a la presidencia de MORENA.
En abierta violación a las leyes que prohíben dichos desvíos, los siervos de Abdala, y él mismo, orientaron hasta hace pocos sus esfuerzos en posicionar a Bertha Luján a través de los recursos públicos que manejan.
Desde sus redes sociales camufladas, promovieron a Luján mediante encuestas hechizas que buscaron meter su nombre en las cabezas de los militantes de Morena ante una eventual elección interna.
Abdala, ufff, no tiene remedio.
Por cierto: ante la ineptitud que ha evidenciado pronto le quitarán los botones de varias ex delegaciones.
Una de ellas: la de Gobernación federal.
Y la de Comunicaciones y Transportes.
Las extintas delegaciones regresarán del más allá ante el fracaso absoluto del Súper Delegado.
Desde Palacio Nacional ya buscan a los futuros delegados.
No podía ser de otra manera.
La Ley Olimpia: un Triunfo Más
Olimpia Coral Melo logró un éxito mayúsculo este martes, una vez que el Congreso de la Ciudad de México aprobó por unanimidad la reforma para castigar con pena de 4 a 6 años de prisión a quien comparta imágenes íntimas con contenido sexual de otra persona sin su consentimiento.
El dictamen para modificar el Código Penal local fue aprobado con 56 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones.
Ahora viene la aprobación en el Senado.
En el ridículo absoluto ha venido quedando la organización Artículo 19, pues de manera muy extraña se ha dedicado a sabotear dicha reforma en nombre de la libertad de expresión.
La activista poblana —es originaria de Huauchinango— ha vuelto a derrotar a Artículo 19 a sus felices treinta años de edad.
¡Felicidades, querida Olimpia!