Fuentes bien informadas relatan que el modelo que se aplicó en Tehuacán (municipio en el que aún no hay alcalde) en el que se intervino las principales áreas del gabinete porque Felipe Patjane se había vuelto loco podría repetirse en la ciudad de Puebla. 

El primer paso ya lo vimos: los regidores Libertad Aguirre y Luis Acosta ya se fueron al G5 y ahora es un G7. Un grupo contra Rivera Vivanco que piensa dar cabildazo o al menos ir por encima de la alcaldesa Rivera Vivanco. 

Se espera que el próximo 14 de febrero, pues así se lo hicieron saber a este tunde teclas, en la sesión de Cabildo pidan las cabezas de varios funcionarios municipales y ahí estarían algunos que son los principales asesores de Claudia Rivera, entre ellos está la titular de Seguridad Pública Lourdes Rosales y un personaje que tiene toda la confianza de la presidenta. 

Desde el año pasado se hablaba de la posibilidad de intervenir la Angelópolis por parte del nuevo gobierno, pero nunca se había visto esa posibilidad como una realidad. No es extraño que recientemente el propio gobernador Miguel Barbosa admitió que en el tema de seguridad de la ciudad intervendría ya que es una responsabilidad conjunta. 

Tampoco es casualidad que desde el inicio de este año Luis González Acosta criticara de manera muy dura a la administración municipal con el tema de los bolardos y las macetas. Llamó la atención porque el año pasado estaba más tranquilo y esta vez ha ido en contra de la directora de Movilidad, con o sin razón eso es lo de menos. 

En el caso de Libertad Aguirre, quien ha tenido un perfil muy anodino en el Cabildo, llama la atención que haya cambiado de bando. Sus razones tendrá si es que son por convicción o por conveniencia. 

Así que si la alcaldesa no se ha dado cuenta, este año se puede poner difícil si es que no abre una puerta de diálogo antes de que sea demasiado tarde. 

Al final de cuentas más allá de las intrigas palaciegas el problema es que los más afectados son los gobernados porque si bien en el caso de Tehuacán era necesario poner un hasta aquí a los excesos y frivolidades, pero hasta hoy siguen sin definir quién será el sucesor de Patjane, pues no les agrada mucho el sucesor y el Congreso del estado aún no sabe cómo sacar una pieza y no quedar como cuando nombraron a Luis Banck.

UNA BATALLA A FAVOR DE LA BUAP 

La decisión de que la Auditoría Superior de la Federación atraiga la revisión de los ingresos y egresos de la máxima casa de estudios es una batalla ganada por Alfonso Esparza. Casi podríamos asegurar que saldrá limpio de cualquier observación.

Esparza cuenta con el apoyo de muchos personajes, incluso de varios rectores de universidades públicas y privadas en todo el país.  Y no hay que olvidar que el rector es contador público y alguna vez ya fue el contralor universitario, así que sabe cómo comprobar cada peso que ha recibido por parte de la Federación y el estado.

Quien termina otra vez mal es El Sultán, quien seguramente ni un cuento de Scherezada le ayudará a conciliar la paz. 

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