1.3 millones de personas mueren prematuramente cada año por la contaminación atmosférica. El uso de vehículos repercute en ello, ya que en la combustión interna los compuestos azufrados presentes en los combustibles en convierten en óxidos de azufre (SOx) dañinos para el ambiente, porque son precursores de la “lluvia ácida”.

Para eliminar el azufre de los hidrocarburos, en las refinerías se realiza un proceso llamado hidrodesulfuración, pero su inconveniente es la utilización de temperatura y presión elevadas.

Investigadores del Cuerpo Académico 305 Procesos Ambientales Sustentables y Electroquímica Molecular de la BUAP desarrollan métodos electroquímicos que operan a temperatura y presión ambiental para oxidar los compuestos azufrados presentes en diésel y gasolina.

La doctora Erika Méndez Albores, investigadora de la Facultad de Ciencias Químicas, integrante de dicho cuerpo académico y responsable de esta investigación, explica que en el proceso de desulfuración electroquímica de diésel y gasolina incorporó un sistema orgánico-acuoso dentro de un reactor electroquímico para oxidar compuestos azufrados extraídos de los combustibles líquidos.

El trabajo de Méndez Albores también se centra en la degradación de contaminantes emergentes (como antibióticos, hormonas, entre otros) presentes en agua, mediante el uso de técnicas electroquímicas. Asimismo, trabaja en la modificación de superficies de carbono para identificar este tipo de contaminantes.

Esta línea de investigación forma parte de los trabajos del Cuerpo Académico 305, integrado por científicos del Instituto de Ciencias y las facultades de Ciencias Químicas e Ingeniería Química, cuyo objetivo es la eliminación de contaminantes recalcitrantes en agua e hidrocarburos.

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