El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y el representante comercial, Robert Lighthizer, elogiaron la firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), pues es una “nueva era de crecimiento y empleo”.
Pence destacó que este “es un gran día para los americanos trabajadores y agricultores americanos” porque el presidente estadounidense Donald Trump lideró este acuerdo pensando en ellos.
Agregó que el gobierno norteamericano ha dejado atrás un conjunto de políticas ineficientes en el pasado, que hicieron perder millones de empleos.
Dijo haber presenciado de primera mano cómo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) vació las comunidades y subcontrató empleados.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Washington, el estado de origen del vicepresidente de Indiana solo perdió aproximadamente el 18 por ciento de la industria manufacturera durante el período 1994 a 2015, años afectados por el TLCAN y la Organización Mundial del Comercio.
En su participación, Lighthizer, dijo que la política económica del gobierno ha sido siempre la de mejorar las condiciones de los trabajadores y que el NAFTA representaba todos “los errores cometidos en política”, pues también afectó a otros países.
Reiteró que se han enfocado en fortalecer la manufactura y priorizando los intereses estadounidenses.
También destacó la colaboración de los negociadores de los tres países nombrando al secretario de relaciones exteriores de México, Marcelo Ebrard así como a la secretaria de Economía, Graciela Márquez.
Consideró que en el último año los representantes demócratas, republicanos, miembros de los sindicatos nacionales también estuvieron interesados en revisar los términos de este acuerdo “histórico”.
El T-MEC estipula que los fabricantes de automóviles obtengan el 75 por ciento de su contenido de producción, en comparación con el 62.5 por ciento del TLCAN.
Eso significa que más contenido de auto tiene que ser estadounidense, no importado de China u otros países.