Un video y las redes sociales bastaron para recordarnos la grave deuda, en cuanto a derechos de los trabajadores, que arrastra Puebla. Una mujer, convertida en energúmena, grita a los empleados de la que, ahora sabemos, es la maquiladora Rivains, en la junta auxiliar de San Lorenzo Teotipilco, en Tehuacán. Les advierte, cual dueña de sus vidas, que “tienen toda la pinche semana para avanzar y no hicieron ni madres. Hoy no se van hasta que no me entreguen las dos mil 500” (prendas). El caso, que reportó Televisa Puebla, tendrá la atención, de la Secretaría del Trabajo estatal. El vergonzoso episodio ha traído algo bueno: el recuerdo de los abusos, reiterados y muy añejos, de las maquiladoras de aquella zona, que la actual administración ya anunció que revisará.
Sin exageración, en muchas de las maquiladoras de esa región del sur del estado, en donde se emplean lo mismo poblanos que veracruzanos y oaxaqueños, hay casos de verdadero terrorismo laboral.
Hoy uno más está a la vista.
Y sobre este, la Secretaría del Trabajo, que encabeza a nivel estatal Abelardo Cuéllar, anunció que actuará con una inspección a la empresa Rivains.
Este mismo jueves.
Y hace bien, pues los derechos de los trabajadores son históricamente base de los movimientos de izquierda.
Y deben ser de las principales ocupaciones de los gobiernos de esa ideología, como el de Puebla.
Se trata de una maquiladora de ropa.
Las denuncias en redes sociales la ubican en la colonia Santa Cecilia.
En la junta auxiliar de San Lorenzo Teotipilco, en el municipio de Tehuacán, en el estado de Puebla.
En directorios empresariales hay una firma asociada, por el nombre y la referencia a Tehuacán, que se promociona como manufacturera de ropa.
Aunque con domicilio en la alcaldía Cuauhtémoc, en Ciudad de México.
El video, que publicó esta casa editorial, indignó.
La mujer, que es literalmente capataz, ofende a los trabajadores y trabajadoras y los amenaza.
El silencio es la única respuesta de los empleados a la señora convertida en fiera.
Una mano anónima la graba.
De ahí conocemos el caso.
Hay indignación, pero también se abrió el debate.
Un debate ya muy largo en el tiempo.
Pero últimamente también muy olvidado.
Los derechos laborales y los abusos de las maquiladoras.
Al menos desde hace dos décadas se han venido denunciando reiteradamente en medios de comunicación los abusos en las maquilas.
Acoso, amenazas, malos pagos, horarios extremos, abuso laboral infantil y hastaviolación de los derechos reproductivos de las mujeres, se pueden leer en materialesperiodísticos sobre el tema.
Desde 1995, por estos casos, se han creado organismos como la Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán (CDHLVT).
Muchas de las denuncias han sido acalladas por el tiempo y el olvido.
En pocos casos la organización de los trabajadores ha conseguido mejorar sus condiciones.
El tema ha sido también objeto de estudios académicos, como del Colegio de Posgraduados y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De muchas más.
En más de uno se ha denunciado la colusión de los gobiernos con las empresas.
De los abusos extremos y hasta de una estrategia de las compañías que maquilan las marcas trasnacionales, para establecerse en zonas pobres.
En las colonias pauperizadas de Tehuacán y sus alrededores, en donde conseguirán mano de obra barata.
Hombres y mujeres desesperados por trabajar para llevar el sustento diario a casa.
Literalmente esclavizados.
Sin opción de desarrollo.
Claro que no se puede generalizar.
Hay algunas que brindan trabajo y buenas condiciones.
Puede que sean las menos.
El video de la mujer, poseída por la ira y la soberbia, que trata como esclavos a los trabajadores de Rivains indignó.
¿Cuántos casos más habrá así?
Por lo pronto, en Tehuacán.
De cuasi esclavos en pleno siglo XXI.