Rumbo a 2021, tres personajes van a jugar un rol protagónico, sin lugar a dudas, en la elección intermedia, la cual será determinante para Puebla y su gobierno emanado de la llamada 4T.
Se trata del ex secretario de Gobernación y diputado federal, Fernando Manzanilla Prieto; el ex gobernador de Puebla, Tony Gali, y el ex edil capitalino y ex candidato al gobierno del estado, Enrique Doger Guerrero.
Hacia donde se inclinen estas tres figuras se moverá la balanza y la hegemonía de los dos grupos más importantes en pugna, el morenismo-barbosismo y el panismo.
Manzanilla, lo mencionamos en una pasada entrega, se convirtió ya en el líder de la oposición poblana al morenismo-barbosismo, lo cual despierta sospechas ¿Y si todo esto fue pactado? ¿Y si el gobernador Barbosa nos está engañando a todos y se crea su propia oposición? Interesante hipótesis planteada en esta semana por el periodista Mario Alberto Mejía.
Lo cierto es que, hoy por hoy, todo aquel que se sienta agraviado, lastimado, herido o no escuchado por la 4T poblana tiene en Fernando Manzanilla a un aliado, aunque también su presencia sirve para dividir al principal partido opositor en la entidad, el PAN, casualmente.
El panismo poblano, mismo que tenía amplias posibilidades de poder ganar en Puebla, se desgarra hoy en una terrible lucha interna entre la dirigente estatal Genoveva Huerta, quien tiene como su gurú a Manzanilla Prieto, y el presidente del Comité Municipal en Puebla capital, Jesús Zaldívar Benavides, en alianza con el panismo tradicional y una parte del morenovallismo.
Además, Fernando Manzanilla se ha convertido también en líder de una facción priista que jugaría con él en cualquier circunstancia y que está encabezada por Pepe Márquez, ex subsecretario de Gobernación, los Pacheco (don Guillermo padre e hijos), Jorge Estefan, Víctor Díaz Palacios y otros cuadros del tricolor que ven a este personaje con futuro político.
Este elemento no es menor, Fernando Manzanilla es bisagra con muchas fuerzas políticas, no por nada, lo mencioné tras la muerte de Martha Erika y Rafael, que se convirtió en el “heredero” de una buena parte de este grupo político.
Otro personaje al cual hay que tener dentro del radar es al ex gobernador del estado, Tony Gali, quien mantiene una estructura activa para lo que se pueda ofrecer.
Su alianza con Manzanilla goza de cabal salud y se vio reflejada con el nombramiento de su sobrino político, Oswaldo Jiménez López, como coordinador de la bancada panista en el Congreso local, fue Fernando quien le ordenó a su empleada Genoveva Huerta otorgarle la coordinación a Jiménez, en detrimento de Mónica Rodríguez, esposa de Pablo Rodríguez, enemigo político a muerte de Gali.
La alianza Manzanilla-Gali fue fundamental para que Pacheco Pulido, la avanzada del gobernador Barbosa, se pudiera hacer de la gubernatura interina y en 2021 y será veneno puro para el ala panista que se opone a su designación.
El albiazul no tiene salida, o se abre a la intervención directa de Manzanilla y Gali o se despiden de cualquier oportunidad de poder ganar la alcaldía en 2021. Así de fácil y así de sencillo, sería ingenuo pensar de otra forma y todo esto por supuesto beneficia a Morena y al gobernador Barbosa.
Por si fuera poco, Tony mantiene nexos muy interesantes en Movimiento Ciudadano y amistad con sus dos líderes morales, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, y el senador Dante Delgado.
Un tercer actor político de suma relevancia el próximo año será el ex rector de la BUAP, ex alcalde capitalino, ex diputado local y federal y ex candidato a la gubernatura de Puebla, Enrique Doger Guerrero, quien regresa con todo a la política local.
El priista es factor para inclinar la balanza hacia uno u otro lado, es claramente el tercero en discordia en la contienda y sus números no dejan mentir.
Enrique, quien fue el candidato por el PRI a la gubernatura en 2018, tiene números interesantes en Puebla capital, mantiene casi la misma intención de voto que Tony Gali y Eduardo Rivera, con menos negativos que Gali quien es el puntero, y muy similares a los del panista.
A Doger Guerrero le afecta su marca, el PRI, el ex partidazo, el cual mantiene un alto nivel de rechazo entre la población, lo cual se convierte en un hándicap en contra del académico, no obstante, sus números son determinantes, porque si Doger está en la boleta, entonces aseguraría un triunfo de Morena en la capital, caso contrario si juega o hace alianza con el PAN, las cosas se pondrían muy interesantes.
Lo cierto es que si Manzanilla, Gali y Doger están en la boleta en 2021, las posibilidades de una victoria panista se hacen menores.