Al interior del que fue Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido que llevó al poder al presidente Andrés Manuel López Obrador, queda claro que existen dos grupos opuestos que se disputan el control.
Por un lado, el grupo de la todavía presidenta Yeidckol Polevnsky quiere perpetuarse en el poder, abriendo la puerta a todo tipo de personajes dispuestos a sumarse a las filas de la Cuarta Transformación, oportunistas pues, que buscan la manera de hacerse de candidaturas rumbo a 2021.
Del otro lado se han alineado los simpatizantes de López Obrador que lo acompañaron durante su lucha desde el fraude de 2006, seguido de la derrota de 2012 y que fueron marginados y desplazados en 2018, cuando el tabasqueño se hizo de la presidencia de la república.
Estos últimos, a los que he decidido llamar los idealistas, apoyan a Alfonso Ramírez Cuéllar para que se haga de la dirigencia nacional de Morena y posteriormente dé paso a la llegada de Bertha Luján, quien acompañó a López Obrador en los días aciagos de la toma de Reforma y el gobierno legítimo.
El fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en torno a quién reconoce como presidente nacional de Morena sin duda marcará el rumbo de este partido político.
El pasado miércoles trascendió que el dictamen de la máxima autoridad en materia electoral favorecía a Ramírez Cuéllar para quedar como dirigente nacional de manera provisional de Morena, pero la sesión que se había programado para la tarde se pospuso luego de la filtración de dicho documento.
Lo cierto es que la división al interior del partido hegemónico se agudiza, a la par de que uno de los más cercanos colaboradores del presidente López Obrador, el senador suplente y dirigente de una central obrera, Pedro Haces, prepara ya el nuevo partido que sustituirá a Morena, llamado Fuerza Social por México, donde se prevé tendrán cabida todos aquellos que se sumaron a López Obrador cuando ya se perfilaba para ser el presidente de la república y a los cuales llamaremos pragmáticos, para no decirles advenedizos.
La mayoría de los pragmáticos arribaron a Morena, vía otros partidos políticos, PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Todo parece indicar que los idealistas se quedarán con Morena, si el fallo del Tribunal va a favor de Ramírez Cuéllar, quien a su vez convocará a elecciones, donde muy seguramente ganará Bertha Luján.
Entonces los pragmáticos tendrán listas las maletas para volver a saltar para ahora ingresar a las filas del nuevo partido, Fuerza Social por México, el cual ya tiene prácticamente listo el senador Haces.
Esto significará una nueva fractura dentro de la izquierda mexicana, caracterizada siempre por sus pugnas y sus divisiones, así ocurrió antes con el PRD y parece que Morena va a seguir por el mismo rumbo.
Tal vez la crisis al interior de Morena aún tarde en manifestarse y no sea hasta que haya concluido el proceso electoral de 2021 cuando se agudice, pero lo que sí es cierto es que hay dos Morenas, la de los idealistas y la de los pragmáticos.
Esto también se traslada a Puebla, donde la presidenta municipal Claudia Rivera se identifica más con la Morena idealista, la que simpatiza con Ramírez Cuéllar y con Bertha Luján; en tanto, el gobernador Barbosa está del lado de los pragmáticos y apoya a su amiga Yeidckol Polevnsky.
El futuro del que es el partido hegemónico es incierto y tal vez, como lo escribí en una pasada entrega, tal vez Morena, sólo sea una moda pasajera, la cual vivirá y morirá con su líder y guía, Andrés Manuel López Obrador.