A unos días de que el TEPJF lo ratifique —así se prevé— como presidente sustituto de Morena, el diputado federal con licencia, Alfonso Ramírez Cuéllar, estuvo este sábado en Puebla para comenzar a tejer el muy difícil encargo, que pareciera venir desde Palacio Nacional: conseguir que los grupos poblanos, algunos distanciados hasta por el odio, se unan.
La misión va además a contrarreloj para poder armar una estructura estatal sólida que le permita al partido del Presidente de la república salir airoso en los procesos federal y local de 2021.
Los mensajes del zacatecano, quien conoce bien el estado y a sus grupos, fueron claros: buscará a todos, pero también advirtió que no se permitirá la venta de candidaturas, insinuando que antes se dio.
En resumen, bandera blanca, con dedo acusador.
Aún con el nombramiento en duda que le hizo el Congreso Nacional de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), hace un par de semanas, como cabeza del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Ramírez Cuéllar visitó a los morenistas poblanos.
A una parte de ellos.
A quienes se identifica cercanos a la presidenta municipal capitalina, Claudia Rivera Vivanco, y unos pocos más.
Parte de los llamados puros.
Muchos de ellos adversarios del presidente del Congreso local, Gabriel Biestro Medinilla.
También algunos diputados federales, como Alejandro Barroso, Alejandro Carvajal, Reynaldo Huerta y Alfonso Pérez.
A la cita en la sede del Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), no asistió ninguno de los operadores del barbosismo.
Sin embargo, Ramírez Cuéllar anunció que buscará al gobernador y también a la alcaldesa capitalina.
Con ella ya tuvo un encuentro breve también este sábado.
A todos los grupos.
Sacó entonces la bandera blanca: unidad a toda costa.
Pidió el respaldo entero a Andrés Manuel López Obrador y a su administración.
Se puso nostálgico y llamó a recuperar la “esencia ciudadana” del movimiento.
Pero también lanzó la advertencia de que una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) lo ratifique, esta misma semana, la institucionalidad partidista será eje rector.
Habrá disciplina, esa que no han tenido los morenistas y que muestra su debilidad como instituto político.
Pareciera que siguen siendo un movimiento social, de marchas, plantones y pancartas.
Y eso no sirve del todo a la hora de ir a las urnas.
Menos ahora que son gobierno.
Sobre todo sin que López Obrador esté en las boletas.
Un mensaje adicional, con una carga muy severa, fue que en Morena en Puebla ya no se permitirá la venta de candidaturas.
¿Sabe algo en concreto?
¿Son sospechas o es tanteo?
Cualquiera que sea el origen de esa sentencia, tiene una carga muy fuerte.
De acusación de corrupción interna.
Alfonso Ramírez Cuéllar no pisa en Puebla un terreno desconocido.
Conoce muy bien a muchos de los grupos que hoy conforman las tribus de Morena, pues antes lo fueron del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
De ahí viene él.
Desde los tiempos en que fue integrante del CEN perredista, por ahí de 1995, visitó constantemente Puebla.
Luego también por su movimiento, El Barzón, que fundó en Zacatecas.
Conoce las virtudes y los pecados de muchos políticos poblanos.
De su partido y de otros.
De ahí que su molestia con la supuesta venta de candidaturas tenga referencia más allá del chisme.
En los próximos días, el TEPJF lo ratificará como presidente sustituto del CEN de Morena.
Nos dicen que es seguro.
Se trata del nombramiento que le dio el Congreso Nacional del 26 de enero.
El mismo que tumbó a Yeidckol Polevnsky Gurwitz.
Los días que siguieron han sido de litigios, muy al estilo morenista.
Ella se inconformó ante el Instituto Nacional Electoral (INE), que la reconoció aún como presidenta sustituta.
Ramírez Cuéllar ya también fue al INE para reclamar su calidad de presidente sustituto, en lugar de la presidenta sustituta.
Ahora todo está en manos del TEPJ, que fallará esta semana.
Luego vendrá la reconstrucción, rumbo a la elección, en cuatro meses, de una dirigencia finalmente estatutaria.
(Desde que en 2018 Andrés Manuel dejó la presidencia del CEN, Morena no ha tenido una dirigencia estatutaria).
Vendrá también la reconciliación.
Nacional y en los estados.
Puebla es caso especial.
Porque aquí se atacan puros contra neomorenistas.
Lo hacen con especial agresividad.
Este es un verdadero reto para Alfonso: reorganizar el partido en estos meses.
Y vale la pena recordarles: sin 2020, no habrá 2021.